LD (Europa Press) En su informe trimestral sobre la zona euro hecho público este jueves, el Ejecutivo comunitario se reafirmó en sus últimas previsiones de crecimiento que publicó en septiembre, según las cuales el producto interior bruto (PIB) de los 13 países que comparten la moneda única crecerá un 2,5 por ciento en 2007, sólo una décima menos de lo que había pronosticado esta primavera antes del inicio de la tormenta financiera. La inflación se ha revisado ligeramente al alza del 1,9 por ciento al 2 por ciento, sobre todo por las subidas de precios de las materias primas.
El director general de Asuntos Económicos, Klaus Regling, insistió en la presentación del informe que los "fundamentos de la zona euro siguen siendo fuertes" y que la confianza de las empresas y de los consumidores, aunque se ha debilitado como consecuencia de las turbulencias, "se mantiene alta". Por ello se prevé que el crecimiento siga "fuerte" durante la segunda mitad del año pese a la ralentización experimentada durante el segundo semestre, en el que el PIB sólo creció un 0,3 por ciento, la mitad de lo previsto.
Este menor crecimiento del segundo trimestre refleja en parte los efectos de las condiciones meteorológicas pero "también señala que el ciclo en la Eurozona puede estar alcanzando su madurez". En este sentido, Bruselas reconoce que los riesgos a la baja "se han incrementado claramente como consecuencia de la tormenta financiera y la posibilidad de una ralentización más brusca en Estados Unidos". "Estamos viendo una reevaluación de los riesgos general y desordenada después de un prolongado periodo de condiciones de financiación excepcionalmente benignas", subrayó Regling. Ello ha provocado que "la confianza de los inversores se haya visto socavada por la aparición de exposiciones (al riesgo) en lugares inesperados" y ha obligado a intervenir a los bancos centrales.
"La evolución y la duración de la crisis actual es difícil de predecir, y dependerá de la escala y la distribución de posibles pérdidas a medida que vayan emergiendo, así como de su impacto en la confianza", insistió el responsable de Asuntos Económicos. En todo caso, la Comisión da por hecho que "las condiciones crediticias se endurecerán como consecuencia de la reevaluación de riesgos, y ello tendrá un impacto sobre los principales actores económicos". Los riesgos dependerán también, prosigue el estudio, del alcance que tenga la ralentización de la economía de EEUU y de sus "posibles efectos de contagio" a la eurozona a través de los canales del comercio y de la confianza.