L D (EFE) Botín, que hizo estas declaraciones tras su intervención en las XL Jornadas de Estudio para Directores del Sector Seguros, en las que explicó la estrategia de la entidad, adelantó sin embargo, que este año sí se reducirá "un poco" la aportación española al beneficio del grupo, que en 2004 rondó el 40 por ciento.
El presidente de la primera entidad financiera española se mostró satisfecho por la forma en que se ha desarrollado la compra del Abbey, que ha costado 12.000 millones de euros, parte de ellos pagados con acciones propias, "algo que no pueden hacer muchas empresas en el mundo".
La adquisición del Abbey, que ha convertido en clientes del Santander a "uno de cada cinco británicos", supondrá para el grupo una gran oportunidad para crecer, y encaja perfectamente en su estrategia enfocada en la banca comercial, dijo Botín. De momento, la entidad británica tiene una inversión hipotecaria equivalente a "más del doble que el Santander y Banesto juntas y algo más que todo el sector español de cajas de ahorro", explicó Botín.
Tras esta adquisición, el Grupo Santander está presente en 40 países, con más de 63 millones de clientes, más de 10.000 oficinas y 126.000 empleados, lo que le convierte en "un grupo global", el primero de la eurozona por su valor en bolsa y el noveno del mundo, dijo Botín. Sin embargo, el tamaño no garantiza el éxito, explicó, sino más bien la adecuada gestión del riesgo, la flexibilidad y la atención al cliente, así como encontrar un modelo de negocio que realmente funcione, y saber adaptarse a los cambios.
Preguntado por su opinión acerca de la resistencia de las autoridades italianas ante el intento del BBVA de hacerse con la italiana Banca Nazionale del Lavoro (BNL), Botín no quiso pronunciarse y se limitó a insistir en que es una operación "muy positiva". La compra de la BNL, de producirse, contribuirá a demostrar que la gran banca española está integrada por "entidades ganadoras", que están preparadas para trabajar en Europa y en el resto del mundo. El Grupo Santander también está presente en el sector bancario italiano, a través de su participación del 8,7 por ciento en la entidad turinesa San Paolo IMI, "el mejor banco de Italia", afirmó Botín.
Sin embargo, el Grupo Santander no podrá, en principio, modificar esta participación en los próximos dos años, en virtud de un pacto de estabilidad que firmó en abril de 2004 con otros accionistas, que suman en total cerca del 30 por ciento del capital, por lo que, de momento, ha preferido centrarse en la banca de consumo. En cuanto a la deseada integración de los mercados financieros europeos, Botín dijo apoyarla "al cien por cien", pero afirmó que Europa no es Estados Unidos" y que "necesitaremos tiempo para adaptarnos".
Aunque esta integración de los mercados financieros se verá propiciada por las nuevas normas contables europeas (NIC) y el nuevo acuerdo de capital de Basilea II, Botín pronosticó que "habrá problemas, como estamos viendo ahora, cuando un banco quiere ir a otro país", en referencia al BBVA.
El presidente de la primera entidad financiera española se mostró satisfecho por la forma en que se ha desarrollado la compra del Abbey, que ha costado 12.000 millones de euros, parte de ellos pagados con acciones propias, "algo que no pueden hacer muchas empresas en el mundo".
La adquisición del Abbey, que ha convertido en clientes del Santander a "uno de cada cinco británicos", supondrá para el grupo una gran oportunidad para crecer, y encaja perfectamente en su estrategia enfocada en la banca comercial, dijo Botín. De momento, la entidad británica tiene una inversión hipotecaria equivalente a "más del doble que el Santander y Banesto juntas y algo más que todo el sector español de cajas de ahorro", explicó Botín.
Tras esta adquisición, el Grupo Santander está presente en 40 países, con más de 63 millones de clientes, más de 10.000 oficinas y 126.000 empleados, lo que le convierte en "un grupo global", el primero de la eurozona por su valor en bolsa y el noveno del mundo, dijo Botín. Sin embargo, el tamaño no garantiza el éxito, explicó, sino más bien la adecuada gestión del riesgo, la flexibilidad y la atención al cliente, así como encontrar un modelo de negocio que realmente funcione, y saber adaptarse a los cambios.
Preguntado por su opinión acerca de la resistencia de las autoridades italianas ante el intento del BBVA de hacerse con la italiana Banca Nazionale del Lavoro (BNL), Botín no quiso pronunciarse y se limitó a insistir en que es una operación "muy positiva". La compra de la BNL, de producirse, contribuirá a demostrar que la gran banca española está integrada por "entidades ganadoras", que están preparadas para trabajar en Europa y en el resto del mundo. El Grupo Santander también está presente en el sector bancario italiano, a través de su participación del 8,7 por ciento en la entidad turinesa San Paolo IMI, "el mejor banco de Italia", afirmó Botín.
Sin embargo, el Grupo Santander no podrá, en principio, modificar esta participación en los próximos dos años, en virtud de un pacto de estabilidad que firmó en abril de 2004 con otros accionistas, que suman en total cerca del 30 por ciento del capital, por lo que, de momento, ha preferido centrarse en la banca de consumo. En cuanto a la deseada integración de los mercados financieros europeos, Botín dijo apoyarla "al cien por cien", pero afirmó que Europa no es Estados Unidos" y que "necesitaremos tiempo para adaptarnos".
Aunque esta integración de los mercados financieros se verá propiciada por las nuevas normas contables europeas (NIC) y el nuevo acuerdo de capital de Basilea II, Botín pronosticó que "habrá problemas, como estamos viendo ahora, cuando un banco quiere ir a otro país", en referencia al BBVA.