L D (Agencias) El presidente del Parlamento Europeo advirtió que, "sin querer prejuzgar las orientaciones que serán tomadas por el Parlamento Europeo, constato que la posición del Consejo está aún muy lejos de la del Parlamento Europeo". Borrel añadió que la conferencia de presidentes de grupos de la Eurocámara comenzará a analizar "con detalle", en la reunión que comienza en Viena en la noche del domingo, el texto aprobado por el Consejo.
La Eurocámara planteó en junio unos gastos del 1,07 por ciento de la RNB, mientras que la Comisión Europea había propuesto aún más, un 1,14 por ciento. Finalmente, la cumbre alcanzó un acuerdo para que el presupuesto alcance el 1,045 por ciento de la RNB, y queda por ver si el PE lo considerará suficiente. "Es posible que piensen que a fin de cuentas los diputados cederán a las presiones de los gobiernos y acabarán aceptando cualquier acuerdo del Consejo. Bien, pues eso ya no funciona", advirtió el jueves Borrell a los jefes de Estado y Gobierno. No obstante, el presidente de la Eurocámara declinó especular sobre cuál sería el umbral mínimo que estarían dispuestos a aceptar los eurodiputados en la negociación con el Consejo.
Al término de la cumbre, una vez pactado el presupuesto comunitario, el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, se mostró confiado en que en la Eurocámara consiga "mejorar" la dotación de las perspectivas financieras. En junio pasado, Juncker, que entonces ejercía la presidencia de turno comunitaria, planteó sin éxito a los Veinticinco una propuesta que fijaba el techo de las perspectivas cerca del 1,06 por ciento, y se reservó además un sobre de 3.000 millones de euros para satisfacer las posibles demandas al alza del PE. En ausencia de un acuerdo entre el Consejo y el Parlamento antes de finales del 2006, el Tratado de la UE obliga a prorrogar el actual presupuesto sobre una base anual en el nuevo periodo plurianual. "La normalidad es la aplicación del Tratado, y si no es posible el acuerdo, el Tratado dice lo que se debe hacer", ha dicho Borrell.
La Comisión cree, sin embargo, que esta fórmula tendría un "coste prohibitivo" -lo calcula en 12.900 millones de euros al año o el 0,1 del PIB-, ya que obligaría a mantener las ayudas que ahora perciben los Quince y añadir las de los nuevos socios. Por otra parte, el nuevo marco presupuestario no podrá ser plenamente aplicado mientras no se elaboren los reglamentos relativos a los distintos programas comunitarios financiados a su cargo. Las gran mayoría de las bases legales que sustentan los programas plurianuales en áreas como política de cohesión, investigación, educación o formación continua expiran el 31 de diciembre del 2006, por lo que, si no se renuevan antes, alrededor del 40 por ciento de la ejecución de los nuevos presupuestos sufriría retrasos.
Esta situación ya se dio al inicio del actual marco presupuestario 2000-2006, lo que desembocó en una pérdida de parte de las ayudas que esperaban recibir los Estados miembros, que no pudieron emplearlas en los años para los que habían sido asignadas. La Comisión Europea se ha comprometido a presentar las propuestas de los nuevos reglamentos a la mayor brevedad para acelerar su tramitación en el Consejo y el Parlamento, y prevenir así este problema.