El ministro de Fomento, José Blanco, ha comprometido este miércoles su cargo con el AVE a Galicia, un proyecto que constituye para él "un compromiso irrenunciable" y que está previsto que esté completamente en servicio en 2015.
Blanco ha reclamado además la ayuda del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, para "desmontar" una "campaña" que, en su opinión, pretende que la construcción de esta infraestructura "no llegue a buen puerto".
"He comprometido mi palabra con el AVE gallego, he comprometido mi firma con el AVE gallego y hoy quiero comprometer mi cargo con el AVE gallego; por lo tanto este compromiso es definitivo", ha proclamado el ministro durante su intervención en el Foro Nueva Economía, informa Europa Press.
Blanco ha pedido a la sociedad civil, a los generadores de opinión y a las instituciones que "colaboren" con su departamento y "no alimenten polémicas" creadas por "aquellos que tienen una visión de la España de las dos velocidades".
El ministro ha tachado de "lamentable" que "se fabrique una noticia para luego generar una polémica". Así, ha acusado a generadores de opinión y círculos económicos de promover ideas que "llegaron a ser editorial de algunos medios influyentes" sobre que "Galicia puede esperar" o que el propio ministro está "empeñado en una obra faraónica". "Hay una campaña, cuanto más se acerca el momento de la decisión, para que esa decisión no llegue a buen puerto", ha advertido.
Blanco se refirió así a una información publicada por el diario Expansión, que destacaba las dudas que estaba levantando dicho proyecto en el Ministerio de Hacienda, hasta el punto de retener sus licitaciones por miedo al impacto que pudiera tener su ejecución en el déficit publico.
Además, la demanda de pasajeros existente en la actualidad sólo admitiría tres trenes diarios en esta nueva línea de alta velocidad, según la propia dirección de Fomento. Dicha cifra cuestionaría la rentabilidad del AVE a Galicia, ya que supondrá una inversión total de 25.000 millones de euros (incluyendo el coste de la alta velocidad entre Madrid y Valladolid).
Un coste adicional que se sumaría, además, a la negativa rentabilidad que genera este tipo de infraestructura. No obstante, Fomento necesitaría 67 años para amortizar la actual red de AVE.