(Libertad Digital) Aunque es uno de los mayores impulsores de esta industria desde su privilegiada posición de ex inquilino de la Casa Blanca, el demócrata estadounidense ha reconocido ayer que el compromiso por las energías limpias “ha costado muchos puestos de trabajo” a España, tal como publica El Mundo.
Sin citarlo, Clinton estaba reconociendo durante su conferencia en Madrid que el informe elaborado por la Universidad Rey Juan Carlos acerca del impacto del apoyo público a las energías renovables tiene conclusiones muy válidas.
Ese texto, con una enorme trascendencia en los medios estadounidenses y que ha servido de arma arrojadiza contra la política energética de Barack Obama, argumenta que cada empleo de energías renovables creado en España desde el año 2000 ha costado 571.138 euros y ha provocado la pérdida de 2,2 puestos de trabajo en otros sectores más eficientes.
Bill Clinton reconocía textualmente que “ese compromiso por las energías limpias ha costado muchos puestos de trabajo”, al tiempo que animaba a España a intensificar la inversión en esta industria para lograr transformar su elevado coste en nuevos puestos de trabajo.
El road show de Clinton por una serie de universidades privadas de todo el mundo culminó con su conferencia acerca de la crisis financiera en la Universidad Europea de Madrid. Aunque lo que realmente le importa al líder estadounidense no son las causas del pasado, sino las consecuencias del futuro.
Y ahí España tiene, en su opinión, la ventaja de “liderar la transformación hacia un sistema energético más limpio”, en una industria en la que ya es segundo país por potencia instalada en energía solar y tercero -sólo superado por EEUU y Alemania- en potencia eólica.
“Es bueno para España liderar esta transformación, pero hay que saber cómo hacerlo. Lo que hay que averiguar es cómo lograr emplear a más gente y crear un sector más eficiente», dijo.
Ante la recesión que sufre España, Clinton destacó que en la crisis financiera no puede hablarse de casos aislados, sino de unas causas globales que han afectado a todos, aunque no en la misma magnitud: “Aquellos que crecieron más rápido sufrirán la caída más profunda”, aseguró al tiempo que señalaba al riesgo hipotecario y financiero como principales causantes de la crisis económica mundial.
Para el ex presidente estadounidense, la crisis española es similar a la que sacude a varios estados norteamericanos, como Nevada y Arizona, donde el buen clima atrajo el interés de muchos ciudadanos que querían comprar una segunda vivienda. “En estos lugares es donde se ha registrado un gran índice de impagos hipotecarios”, aseguró.
“A partir de ahora, combatir la crisis no es cuestión sólo de cuánto dinero se invierte, sino de cómo. El debate no tiene que versar sobre las cantidades del estímulo económico, sino cómo va a estructurarse, en qué medida irá dirigido a ayudas fiscales, creación de empleo, etcétera”.
Y todo ello, según el marido de la secretaria de Estado de EEUU, Hilary Clinton, en una civilización donde la palabra clave es “interdependencia”: “No se puede separar el destino de un país del resto. Si cae uno, caemos todo juntos”.
A Obama no le gustan las críticas
El pasado 16 de enero Barack Obama proclamó que teníamos que fijarnos en España como ejemplo de inversión en energías renovables. El entonces presidente electo de Estados Unidos tenía entre manos el ambicioso plan de reactivar la economía y la creación de empleo invirtiendo miles de millones de dólares en fuentes de energías renovables tal y como venía haciendo España en la última década.
Varios investigadoras de la Universidad Rey Juan Carlos que a su vez son miembros del Instituto Juan de Mariana y colaboradores de Libertad Digital –Gabriel Calzada, Raquel Merino y Juan Ramón Rallo– llevaban precisamente varios meses trabajando en un estudio de estas características. Y poco más de un mes después del discurso de Obama publicaron el informe que fue supervisado en sus aspectos técnicos por José Ignacio García Bielsa. Las conclusiones no resultaban muy esperanzadoras para Obama.
Analizando la experiencia española, se observaba que por cada empleo que había intentado crearse en el sector renovable se terminaban destruyendo en términos netos 2,2 empleos en el conjunto de la economía.
Sin duda, Obama no había elegido el mejor ejemplo para justificar sus programas de gasto público; si, como decía, pretendía crear entre tres y cinco millones de “empleos verdes”, las consecuencias serían que probablemente terminara destruyendo entre seis y once millones de puestos de trabajo en la economía.
Sebastián ataca duramente el informe
Hasta el presidente del Instituto Juan de Mariana, Gabriel Calzada, visitó el Congreso estadounidense, tras la polvareda desatada por su informe para la Universidad Rey Juan Carlos.
Pero al ministro español de Industria, Miguel Sebastián, tampoco le gustan las críticas y criticó el estudio con dureza:
"Tiene una calidad y un rigor muy bajos; no tiene ninguna solidez técnica, es técnicamente muy pobre”. Y apuntó que no cree que afecte a los intereses de las empresas españoles, porque es “un debate ganado”.