Según el presidente de la Fed, si las condiciones en los mercados mejoran, "la economía se verá cada vez más respaldada por los estímulos financiero y fiscal". A ello se sumarían, en su opinión, los efectos beneficiosos de la fuerte caída en los precios de la energía desde mediados de 2008, la mayor disponibilidad de crédito y el mayor equilibrio entre los inventarios empresariales y las ventas finales.
Aun así, alertó de que la primera economía mundial afronta importantes riesgos, lo que hace que exista una "considerable incertidumbre". Indicó que el principal desafío es superar la retroalimentación negativa entre la economía real y el sistema financiero. Para superar esa adversa retroalimentación es esencial que sigamos complementando el estímulo fiscal con una robusta acción gubernamental para estabilizar las instituciones y los mercados financieros", afirmó Bernanke ante el Comité Bancario del Senado.
El responsable de la Fed destacó, además, que la naturaleza global de la crisis podría reducir las exportaciones estadounidenses y erosionar más de lo previsto la ya frágil situación financiera, la peor que vive EEUU desde 1930. Bernanke recordó que EEUU atraviesa una "severa contracción" que parece continuar durante el primer trimestre de este año.
Según las previsiones oficiales, EEUU se contrajo un 3,8% durante el último trimestre de 2008, una cifra que según el consenso de analistas superará el 5% cuando se publiquen el próximo viernes los datos revisados del Producto Interior Bruto (PIB). Buena parte de los economistas creen que el PIB podría contraerse un 5% adicional este trimestre antes de comenzar a estabilizarse a mediados de año.
Bernanke reiteró durante su comparecencia de dos días ante el Congreso las previsiones económicas divulgadas por la Fed la semana pasada, según las cuales el PIB se contraerá este año entre un 0,5 y un 1,3%. El banco central estadounidense prevé que la economía crezca entre un 2,5 y un 3,25% en 2010 y que a finales de este año la tasa de desempleo aumente entre un 8,5 y un 8,8%.
Desde el comienzo de la recesión en diciembre de 2007, EEUU ha perdido ya 3,6 millones de puestos de trabajo. El presidente de la Fed también hizo mención al sector inmobiliario, que dijo que sigue "muy débil" y señaló en ese sentido que los precios de la vivienda continúan cayendo y las ejecuciones hipotecarias siguen en niveles muy elevados.
Dada la gravedad de la situación, Bernanke prometió que la Fed utilizará "todas las herramientas a su alcance" para estimular la actividad económica y lograr la estabilidad en los mercados.
La Reserva Federal ha rebajado los tipos de interés hasta casi el 0% y el recién inaugurado gobierno del presidente Barack Obama ha aprobado un paquete de estímulo por 787.000 millones de dólares (unos 615.000 millones de euros) con el fin de revitalizar la economía. Aun así, Bernanke reconoció que persisten tensiones "significativas" en muchas mercados y destacó que los mercados de titulización de activos siguen cerrados y algunas instituciones siguen bajo presión. En cualquier caso no hizo mención alguna durante su discurso a si el gobierno podría verse obligado a nacionalizar algunos bancos.
No ve necesario nacionalizar grandes bancos
Además, Bernanke ha señalado que no cree necesaria la nacionalización de grandes bancos del país como Citigroup para asegurar su viabilidad. "No necesitamos adquirir una participación mayoritaria para colaborar con los bancos", afirmó el titular de la Fed. "No veo ninguna razón para destruir el valor de la franquicia o crear las enormes incertidumbres legales derivadas de tratar de nacionalizar formalmente la banca cuando no es necesario", añadió el responsable de la Fed ante el Comité Bancario del Senado.
Las declaraciones de Bernanke se producen en un momento en que se especula con que Citigroup podría pedir al Gobierno la conversión de las acciones preferentes que tiene el Tesoro en comunes, lo que de materializarse le daría una participación al Estado en la entidad del 40%. Según Bernanke, lo que el Gobierno puede hacer es asegurar que los bancos tienen el capital necesario para operar y, al mismo tiempo, ejercer controles para que tomen las medidas correctas para garantizar su viabilidad a largo plazo.