LD (EFE) Bernanke ha comparecido este jueves ante el Comité de la Banca del Senado, después de que el miércoles mostrara un panorama económico sombrío en una intervención ante sus colegas de la Cámara Baja. Mientras que su discurso escrito fue igual en ambos casos, en la sesión de preguntas y respuestas Bernanke ha pronosticado este jueves que la crisis inmobiliaria se cobrará nuevas víctimas.
"Preveo que habrá algunas quiebras" bancarias, dijo el presidente de la Fed. Las bolsas se asustaron por el comentario y bajaron tras la intervención de Bernanke. El presidente de la Reserva señaló que hay bancos pequeños "que han invertido mucho en bienes raíces en zonas donde los precios han caído y en consecuencia estarían bajo cierta presión".
En cambio, afirmó que los bancos grandes estadounidenses están bien capitalizados. "No anticipo ningún problema grave de ese tipo" entre ellos, dijo. Los precios de la vivienda cayeron en 2007 en Estados Unidos por primera vez desde la Gran Depresión de 1929 y la contracción se agudizó en enero de 2008, el último mes del que se tienen datos. Los problemas de ese mercado se han contagiado a los bancos que extendieron hipotecas de forma eufórica en los años del "boom" inmobiliario y luego las vendieron como títulos en las bolsas.
El salto de la morosidad y los desahucios ha llevado a una restricción del crédito en Estados Unidos. "Sufrimos un trastorno sostenido del proceso de crédito, que lleva sucediendo desde el pasado agosto y aún no está cerca de terminar", dijo Bernanke ante el Congreso. La dificultad para lograr préstamos es un freno para la economía y la Reserva Federal ha reaccionado con una bajada de 2,25 puntos porcentuales en las tasas de interés desde agosto.
Al mismo tiempo, Bernanke reconoció que el aumento de los precios de la energía y las materias primas en general "está creando estrés inflacionario, lo que complica los intentos de la Reserva Federal para responder" a la situación de debilidad económica. Al poner más dinero en circulación para bajar las tasas de interés, la Reserva Federal fomenta la inflación. No obstante, Bernanke dijo prever que el valor del crudo y el alimento se estabilice, lo que dejaría manos libres al banco central para engrasar los cojinetes de la economía con billetes frescos.
"Deberíamos tener la capacidad para responder a la desaceleración del crecimiento y a un problema significativo en los mercados financieros", afirmó. Entre líneas, lo que Bernanke dijo es que la Reserva bajará de nuevo los intereses. Los mercados apuestan por una reducción de medio punto porcentual en su reunión del 18 de marzo. El jefe de la Fed también descartó que Estados Unidos entre en un período de crecimiento anémico e inflación alta como el de la década de los 70, conocido como 'estanflación'.
En diciembre, el ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan dijo que hay "síntomas tempranos" de ese efecto. Pero Bernanke disintió con su antecesor. "No anticipo estanflación", manifestó. "Preveo que la inflación bajará y que recuperaremos el crecimiento (económico) y la estabilidad de precios", añadió. Como el miércoles sus compañeros en la Cámara Baja, los miembros del Comité del Senado expresaron, por su parte, su alarma respecto a la economía.
"Hay un sentimiento palpable de incertidumbre e incluso de miedo en los mercados", declaró el demócrata Christopher Dodd, el presidente del Comité. "Parece que hay una crisis de confianza en el resto del mundo respecto a la economía estadounidense. El dólar alcanzó ayer su menor nivel desde 1973", agregó. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, reiteró hoy en una rueda de prensa que su Gobierno "está aún a favor de un dólar fuerte". Sin embargo, tras las indicaciones de Bernanke de que la Reserva bajará las tasas de interés una vez más, esa política previsiblemente se quedará en agua de borrajas.
"Preveo que habrá algunas quiebras" bancarias, dijo el presidente de la Fed. Las bolsas se asustaron por el comentario y bajaron tras la intervención de Bernanke. El presidente de la Reserva señaló que hay bancos pequeños "que han invertido mucho en bienes raíces en zonas donde los precios han caído y en consecuencia estarían bajo cierta presión".
En cambio, afirmó que los bancos grandes estadounidenses están bien capitalizados. "No anticipo ningún problema grave de ese tipo" entre ellos, dijo. Los precios de la vivienda cayeron en 2007 en Estados Unidos por primera vez desde la Gran Depresión de 1929 y la contracción se agudizó en enero de 2008, el último mes del que se tienen datos. Los problemas de ese mercado se han contagiado a los bancos que extendieron hipotecas de forma eufórica en los años del "boom" inmobiliario y luego las vendieron como títulos en las bolsas.
El salto de la morosidad y los desahucios ha llevado a una restricción del crédito en Estados Unidos. "Sufrimos un trastorno sostenido del proceso de crédito, que lleva sucediendo desde el pasado agosto y aún no está cerca de terminar", dijo Bernanke ante el Congreso. La dificultad para lograr préstamos es un freno para la economía y la Reserva Federal ha reaccionado con una bajada de 2,25 puntos porcentuales en las tasas de interés desde agosto.
Al mismo tiempo, Bernanke reconoció que el aumento de los precios de la energía y las materias primas en general "está creando estrés inflacionario, lo que complica los intentos de la Reserva Federal para responder" a la situación de debilidad económica. Al poner más dinero en circulación para bajar las tasas de interés, la Reserva Federal fomenta la inflación. No obstante, Bernanke dijo prever que el valor del crudo y el alimento se estabilice, lo que dejaría manos libres al banco central para engrasar los cojinetes de la economía con billetes frescos.
"Deberíamos tener la capacidad para responder a la desaceleración del crecimiento y a un problema significativo en los mercados financieros", afirmó. Entre líneas, lo que Bernanke dijo es que la Reserva bajará de nuevo los intereses. Los mercados apuestan por una reducción de medio punto porcentual en su reunión del 18 de marzo. El jefe de la Fed también descartó que Estados Unidos entre en un período de crecimiento anémico e inflación alta como el de la década de los 70, conocido como 'estanflación'.
En diciembre, el ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan dijo que hay "síntomas tempranos" de ese efecto. Pero Bernanke disintió con su antecesor. "No anticipo estanflación", manifestó. "Preveo que la inflación bajará y que recuperaremos el crecimiento (económico) y la estabilidad de precios", añadió. Como el miércoles sus compañeros en la Cámara Baja, los miembros del Comité del Senado expresaron, por su parte, su alarma respecto a la economía.
"Hay un sentimiento palpable de incertidumbre e incluso de miedo en los mercados", declaró el demócrata Christopher Dodd, el presidente del Comité. "Parece que hay una crisis de confianza en el resto del mundo respecto a la economía estadounidense. El dólar alcanzó ayer su menor nivel desde 1973", agregó. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, reiteró hoy en una rueda de prensa que su Gobierno "está aún a favor de un dólar fuerte". Sin embargo, tras las indicaciones de Bernanke de que la Reserva bajará las tasas de interés una vez más, esa política previsiblemente se quedará en agua de borrajas.