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Berlusconi se enfrenta a su tercera huelga general en dos años y medio

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, se enfrenta este viernes a la tercera huelga general desde su regreso al poder –hace dos años y medio– convocada de forma unitaria por todos los sindicatos contra la reforma de las pensiones. Esta vez, la movilización será sólo de cuatro horas. Las encuestas demuestran que los italianos están en contra de Berlusconi, que, sin embargo, no está dispuesto a modificar su propuesta.

LD (EFE) Las centrales italianas, que reúnen a más de 10 millones de afiliados, han optado esta vez por una movilización de cuatro horas , lo que impedirá que se paralice el país, como ocurrió en buena medida en abril de 2002, sobre todo en la industria y los servicios. Los líderes de las tres principales organizaciones de trabajadores, la Cgil y las centristas Cisl y Uil, plantean el paro como una prueba de fuerza de su recuperada unidad de acción. De hecho, ya han comenzado a planear nuevas movilizaciones, incluida una huelga general de ocho horas, si el Gobierno no da marcha atrás en su proyecto de reforma del sistema de pensiones, a punto de entrar en el Parlamento para su debate.

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi , ha dejado claro en los últimos días que no está dispuesto a modificar unos cambios que considera "inaplazables" y "obligados" por la política común europea. La reforma aprobada por Ejecutivo, que se aplicaría a partir de 2008, prevé el aumento del periodo de cotización de 35 a 40 años y fija la edad mínima de jubilación en 65 años para los hombres y 60 para las mujeres.

Aquellos trabajadores que deseen retirarse con las condiciones que rigen en la actualidad, es decir, a los 57 años o con 35 años de cotización, serán penalizados. Se establece, en cambio, con fecha 1 de enero de 2004, un incentivo del 32,7 por ciento del salario para las personas que decidan seguir activas, pese a cumplir los requisitos para acceder al cobro de la pensión.

Los sindicatos consideran que esta reforma no es necesaria, porque Italia, a diferencia de otros países europeos, ya había introducido cambios en su sistema y sólo son partidarios de los incentivos voluntarios. También los ciudadanos perciben de forma negativa los cambios introducidos por el Gobierno, según la última encuesta, publicada este jueves, que señala que seis de cada diez italianos rechazan la iniciativa de la mayoría conservadora.

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