Claro que el sistema financiero tiene que estar libre de la política. Pero también el sistema judicial, el educativo, el sanitario...
Las circunstancias actuales han demostrado que los políticos han acumulado un poder excesivo en este país.
Cuando acceden al gobierno políticos que son dignos de hacerlo, las cosas pueden ir muy bien pero, si cae en malas manos, todo se viene abajo.
Ante este panorama, la solución pasa, en mi opinión, por limitar su poder mediante una reforma importante del sistema jurídico-político.
Deseable es, también, aunque mucho más difícil de conseguir, que la gente se dé cuenta de que, a la hora de votar, además de nuestras ideas políticas, hay que tomar en consideración, más que los discursos, las obras de los políticos que nos piden el voto.
Y algo que es absolutamente fundamental y que las circunstancias actuales evidencian es que no se puede votar, por mucho que nos gusten sus discursos, a gente que no esté preperada para gobernar.

D. Francisco Glez. ¡Qué diferencia de banquero! Afrontó con valentía defendiendo con honradez a sus clientes y ahora dice cosas sensatas.

Igualito que el capo de tuti capi (el que un domingo si y otro no va de mochilero rojo para aparentar menos edad y seguir mandando a pesar que los estatutos lo impiden) que se dedicó a meter en la bolsa roja el dinero de sus clientes en vez de devolvérselos. Todo con la anuencia del Banco de España, la CNMV, y como no....sus jueces y políticos.

En efecto, tan necesaria como la reforma laboral es la del sistema financiero-político-judicial, incluso más, para evitar que el mochilero rojo se aproveche de este sistema en beneficio propio. Por eso, él se manifiesta contrario a ese cambio.