Este importe es el saldo vivo que las entidades residentes en España aún tienen pendiente de devolver al Banco Central Europeo (BCE) como consecuencia de la financiación que el instituto emisor les ha concedido.
A pesar de la apertura de los mercados, los bancos españoles todavía necesitan recurrir al BCE para obtener financiación. Precisamente, la caída de los tipos aplicada por el instituto emisor ha reducido la capacidad de captación de pasivo de los ahorradores, aumentado la petición de liquidez.
Este importe registró un tímido descenso durante abril y mayo, tras dos meses consecutivos por encima de los 72.000 millones de euros, pero en junio ha vuelto a repuntar, elevando en más de 3.000 millones de euros el importe de mayo, que se situó en 67.668 millones de euros.
La demanda de las entidades se incrementó de manera notable en la segunda mitad de de 2008 por la crisis subprime, que va camino de cumplir dos años. De hecho, este importe se situó por debajo de los 50.000 millones hasta septiembre de 2008, cuando se recrudeció la crisis tras la caída del Lehman Brothers, y a partir de ahí inició una senda ascendente que aún no ha finalizado.
No obstante, el importe que las entidades españolas aún tienen pendiente de liquidar con el BCE representa sólo un 11,47% del conjunto del Eurosistema, que se elevó en junio hasta los 615.980 millones de euros, un 33,7% más respecto a junio de 2008 y un 2,23% más respecto al pasado mes de mayo.
Este porcentaje también se ha incrementado, ya que en los últimos meses se había mantenido en torno al 10% del total de la financiación que concede el BCE a todo el Eurosistema. Del total, 416.844 millones correspondieron a operaciones principales de financiación a largo plazo.