L D ( EFE ) En un discurso pronunciado en el XVI Congreso del Partido Popular Europeo, Aznar se despidió de sus colegas con una defensa del vínculo atlántico entre la UE y Estados Unidos, y aseguró que España trabajará por lograr un acuerdo institucional que satisfaga a todos los Estados miembros, incluidos los países de la ampliación.
Aznar basó su intervención en " cuatro pilares fundamentales": instituciones eficaces, Estados nacionales "sólidos", reformas para el crecimiento económico y el nexo con EEUU . Para ello, dijo el presidente, es imprescindible "credibilidad y estabilidad". Por eso, advirtió de que "Europa necesita fortalecer su credibilidad y su confianza política y económica, y eso sólo se logra cumpliendo las normas que nosotros mismos nos hemos dado, ya sean acuerdos institucionales, económicos o presupuestarios".
Indicó, además, que la UE ampliada tiene que ser un éxito, pero advirtió de que eso exigirá "cuidar mucho más la cultura del compromiso" , y pidió que los nuevos miembros sigan aportando propuestas "siempre en el respeto hacia los demás", como es la tradición europea que, a su juicio, "ha sido la base de nuestro éxito, y no debemos olvidarlo". En esta tarea, aseguró que "España apuesta por un modelo integrador", sin "esquemas exclusivos que generan divisiones en lugar de confianza e integración", por lo que dijo que el sistema propuesto de funcionamiento institucional "no es el más adecuado para el futuro de la Unión, no responde a su tradición ni responde necesidades", sino que puede ocasionar "graves disfunciones".
Subrayó que España trabajará para lograr un texto constitucional que "sea asumible por todos, útil para todos, eficaz para todos, en el cual todos los Estados miembros se sientan cómodos y puedan trabajar efectivamente". En otro de los pilares de la Unión, Aznar dijo que España quiere una UE "eficaz", con "respuestas a los ciudadanos", que respete sus acuerdos, los equilibrios institucionales, y desarrolle una política de seguridad, con un espacio europeo de libertad y justicia. "No queremos una Europa cerrada sobre sí misma, sino abierta al mundo", declaró el jefe del Ejecutivo español, quien apostó por una Unión capaz de "competir con éxito en una economía globalizada" y que "cumpla sus pactos".
Tras observar que desde 1985 Europa ha crecido sistemáticamente menos que Estados Unidos, concluyó que son necesarias "nuevas políticas" porque "la receta no está en la modificación de las reglas básicas de nuestra política monetaria y de las políticas fiscales basadas en el principio de la estabilidad económica. La receta no puede estar en la eliminación o en la voladura del Pacto de Estabilidad, lo que Europa necesita es poner en marcha reformas estructurales", entre ellas en el mercado de trabajo, porque es la única forma de lograr estabilidad, crecimiento sostenido y avanzar hacia el pleno empleo que se fijó en Lisboa. "Debemos lograr los objetivos establecidos en la agenda lisboa, y no dedicarnos a hacer imposible el cumplimiento de esos objetivos ambiciosos", dijo Aznar, quien apostó por investigación y desarrollo, libre circulación de personas, servicios y capitales, mayor integración y competencia.
Finalmente, defendió una Europa "fuerte y con presencia en el mundo", lo que consideró "perfectamente compatible con un fuerte vínculo atlántico", porque advirtió de que ese lazo "fue vital en el origen de la UE, es vital en el presente y debe seguir siendo vital en el desarrollo" de la Unión.
Aznar basó su intervención en " cuatro pilares fundamentales": instituciones eficaces, Estados nacionales "sólidos", reformas para el crecimiento económico y el nexo con EEUU . Para ello, dijo el presidente, es imprescindible "credibilidad y estabilidad". Por eso, advirtió de que "Europa necesita fortalecer su credibilidad y su confianza política y económica, y eso sólo se logra cumpliendo las normas que nosotros mismos nos hemos dado, ya sean acuerdos institucionales, económicos o presupuestarios".
Indicó, además, que la UE ampliada tiene que ser un éxito, pero advirtió de que eso exigirá "cuidar mucho más la cultura del compromiso" , y pidió que los nuevos miembros sigan aportando propuestas "siempre en el respeto hacia los demás", como es la tradición europea que, a su juicio, "ha sido la base de nuestro éxito, y no debemos olvidarlo". En esta tarea, aseguró que "España apuesta por un modelo integrador", sin "esquemas exclusivos que generan divisiones en lugar de confianza e integración", por lo que dijo que el sistema propuesto de funcionamiento institucional "no es el más adecuado para el futuro de la Unión, no responde a su tradición ni responde necesidades", sino que puede ocasionar "graves disfunciones".
Subrayó que España trabajará para lograr un texto constitucional que "sea asumible por todos, útil para todos, eficaz para todos, en el cual todos los Estados miembros se sientan cómodos y puedan trabajar efectivamente". En otro de los pilares de la Unión, Aznar dijo que España quiere una UE "eficaz", con "respuestas a los ciudadanos", que respete sus acuerdos, los equilibrios institucionales, y desarrolle una política de seguridad, con un espacio europeo de libertad y justicia. "No queremos una Europa cerrada sobre sí misma, sino abierta al mundo", declaró el jefe del Ejecutivo español, quien apostó por una Unión capaz de "competir con éxito en una economía globalizada" y que "cumpla sus pactos".
Tras observar que desde 1985 Europa ha crecido sistemáticamente menos que Estados Unidos, concluyó que son necesarias "nuevas políticas" porque "la receta no está en la modificación de las reglas básicas de nuestra política monetaria y de las políticas fiscales basadas en el principio de la estabilidad económica. La receta no puede estar en la eliminación o en la voladura del Pacto de Estabilidad, lo que Europa necesita es poner en marcha reformas estructurales", entre ellas en el mercado de trabajo, porque es la única forma de lograr estabilidad, crecimiento sostenido y avanzar hacia el pleno empleo que se fijó en Lisboa. "Debemos lograr los objetivos establecidos en la agenda lisboa, y no dedicarnos a hacer imposible el cumplimiento de esos objetivos ambiciosos", dijo Aznar, quien apostó por investigación y desarrollo, libre circulación de personas, servicios y capitales, mayor integración y competencia.
Finalmente, defendió una Europa "fuerte y con presencia en el mundo", lo que consideró "perfectamente compatible con un fuerte vínculo atlántico", porque advirtió de que ese lazo "fue vital en el origen de la UE, es vital en el presente y debe seguir siendo vital en el desarrollo" de la Unión.