L D (EFE) Los parlamentarios del Partido Popular (OeVP) y del Liberal (FPOe), del populista Joerg Haider, apoyaron con 95 sufragios el nuevo proyecto de ley, rechazado por 86 votos procedentes de los grupos de oposición, el Socialdemócrata (SPOe) y los Verdes, en un acalorado y largo debate. Algunas de las medidas de la reforma, que entrará en vigor a principios de 2004, incluyen que en lugar de que las pensiones se calculen, como hasta ahora, en función de la media de los 15 años de mayores contribuciones ese cálculo se haga, gradualmente hasta el año 2028, con la media de los 40 años con las aportaciones más altas.
Asimismo, la "pensión máxima", es decir, el 80 por ciento del sueldo medio, no se obtendrá como hasta ahora después de 40 años, sino tras 45 años de trabajo. Esas medidas son las mismas que contenía el proyecto de ley aprobado por el consejo de ministros presidido por el canciller federal y líder democristiano, Wolfgang Schüssel, el 29 de abril, para lograr un ahorro anual al Estado de 1.000 millones de euros (1.170 millones de dólares al cambio actual). Las únicas modificaciones tienen que ver con el acuerdo de que los recortes podrán suponer pérdidas en las jubilaciones de los funcionarios de un máximo de un 10 por ciento sobre el sistema ahora vigente y crear un fondo para los contribuyentes que perciban pensiones inferiores al millar de euros (unos 1.200 dólares), uno de los grupos más afectados por la reforma.
El fondo, que responde a una iniciativa del FPOe, estará dotado el próximo año con 10 millones de euros (casi 12 millones de dólares), al año siguiente con 16 millones (19 millones de dólares) y en 2006 con 18 millones de euros (21 millones de dólares). Esos dos cambios fueron introducidos en la negociación del martes entre el FPOe y el OeVP, que concluyeron cuando los "ocho rebeldes" diputados liberales, que integran un grupo de 18 en la cámara, depusieron su postura contraria al texto por considerar que en su última versión establecía su exigencia "de tener en cuenta al hombre de la calle", como había afirmado su líder Haider. Tras la adopción por el consejo de ministros del proyecto de ley en abril pasado, ha habido cinco rondas de negociación, convocadas por el presidente austríaco, Thomas Klestil, en las que Gobierno, patronal y sindicatos no consiguieron llegar a un acuerdo.
En esas semanas también ha habido huelgas contra la reforma de las pensiones con paros en todo el transporte público, la educación y gran parte de los servicios del Estado, que dejaron paralizada en buena medida a Austria, que había tenido su última protesta general en 1950, cuando el país estaba ocupado aún por las cuatro potencias aliadas que derrotaron al Tercer Reich de Adolf Hitler. Desde la fundación de la II República de Austria en 1955, tras la retirada de las tropas aliadas, la reconstrucción y el progreso del país se basó en un pacto social entre patronal, sindicatos y Gobierno que logró más de cinco décadas de práctica paz laboral.
Asimismo, la "pensión máxima", es decir, el 80 por ciento del sueldo medio, no se obtendrá como hasta ahora después de 40 años, sino tras 45 años de trabajo. Esas medidas son las mismas que contenía el proyecto de ley aprobado por el consejo de ministros presidido por el canciller federal y líder democristiano, Wolfgang Schüssel, el 29 de abril, para lograr un ahorro anual al Estado de 1.000 millones de euros (1.170 millones de dólares al cambio actual). Las únicas modificaciones tienen que ver con el acuerdo de que los recortes podrán suponer pérdidas en las jubilaciones de los funcionarios de un máximo de un 10 por ciento sobre el sistema ahora vigente y crear un fondo para los contribuyentes que perciban pensiones inferiores al millar de euros (unos 1.200 dólares), uno de los grupos más afectados por la reforma.
El fondo, que responde a una iniciativa del FPOe, estará dotado el próximo año con 10 millones de euros (casi 12 millones de dólares), al año siguiente con 16 millones (19 millones de dólares) y en 2006 con 18 millones de euros (21 millones de dólares). Esos dos cambios fueron introducidos en la negociación del martes entre el FPOe y el OeVP, que concluyeron cuando los "ocho rebeldes" diputados liberales, que integran un grupo de 18 en la cámara, depusieron su postura contraria al texto por considerar que en su última versión establecía su exigencia "de tener en cuenta al hombre de la calle", como había afirmado su líder Haider. Tras la adopción por el consejo de ministros del proyecto de ley en abril pasado, ha habido cinco rondas de negociación, convocadas por el presidente austríaco, Thomas Klestil, en las que Gobierno, patronal y sindicatos no consiguieron llegar a un acuerdo.
En esas semanas también ha habido huelgas contra la reforma de las pensiones con paros en todo el transporte público, la educación y gran parte de los servicios del Estado, que dejaron paralizada en buena medida a Austria, que había tenido su última protesta general en 1950, cuando el país estaba ocupado aún por las cuatro potencias aliadas que derrotaron al Tercer Reich de Adolf Hitler. Desde la fundación de la II República de Austria en 1955, tras la retirada de las tropas aliadas, la reconstrucción y el progreso del país se basó en un pacto social entre patronal, sindicatos y Gobierno que logró más de cinco décadas de práctica paz laboral.