Todos los senadores que no pertenecen al Partido Laborista en el Gobierno optaron por el "no" al conjunto de 11 leyes, que logró 30 votos a favor y 42 en contra. Los cinco senadores del Partido de los Verdes las rechazaron por considerarlas poco ambiciosas, al comprometerse a reducir el cinco por ciento antes del 2020, sin eximentes, y hasta el 25 por ciento bajo una larga lista de condiciones.
Los senadores de la Coalición Liberal votaron en contra porque no incluye una propuesta alternativa más barata pero, según los expertos, menos efectiva.
Steve Fielding, el único senador y líder del partido Family First, desaprobó la legislación, tras alegar que no está convencido de que la actividad humana sea la causante del calentamiento global.
Precisamente, Fielding ha sido uno de los senadores que más ha profundizado en la polémica problemática del calentamiento global. Interesado por este fenómeno ha estudiado los informes de expertos y ha señalado en numerosas ocasiones que existen serias dudas de que, como dicen los científicos, los problemas climáticos sean provocados por el hombre.
Además, tal y como denunció Fielding en Julio, el informe independiente de la Comunidad de expertos encargado de estudiar el fenómeno del calentamiento global, concluyó que la temperatura mundial se ha mantenido estable desde 1998 pese a que el dióxido de carbono atmosférico ha aumentado el 5%.
El citado informe también señala que no hay pruebas sólidas de que las emisiones humanas de dióxido de carbono estén causando un calentamiento global. Por último, este informe pone de manifiesto que no existe un consenso científico.
Así, Fielding propuso al Ejecutivo australiano contestar a una sencilla pregunta: ¿Por qué las temperaturas globales se han mantenido estables durante los últimos 10-15 años a pesar de la subida de las emisiones de carbono provocadas por el hombre? Acompañó la pregunta del siguiente gráfico:
Al no obtener respuesta, decidió por coherencia no apoyar la reforma. En su opinión, tomar este tipo de decisiones sin contar con el consenso científico contribuye únicamente a poner en riesgo la economía australiana y cientos de puestos de trabajo de forma gratuita.
Así las cosas, el Gobierno del laborista Kevin Rudd tiene ahora dos opciones: Modificar la ley o esperar tres meses para volver a someterla a votación.
En caso de que el texto sin modificar sea rechazado por segunda vez consecutiva, se dará la posibilidad de disolver ambas cámaras y convocar elecciones anticipadas, una posibilidad poco probable según los expertos.
La ministra de Cambio Climático, Penny Wong, señaló la necesidad de que Australia apruebe la ley antes de la conferencia sobre cambio climático de la ONU, que se celebrará el próximo diciembre en Copenhague, para evitar ofrecer el mensaje de que "Australia va hacia atrás en materia de cambio climático".
El Gobierno laborista prometió a su llegada al poder, en noviembre de 2007, que convertiría Australia en una de las naciones más comprometidas en la lucha contra el calentamiento global y, para probarlo, ratificó inmediatamente el Protocolo de Kioto.