LD (Europa Press) De este modo, De Arístegui consideró en declaraciones a Europa Press "no puede caber en cabeza humana que el secretario de Estado esté abogando por que dejemos tiempo para que se demuestre que va a haber seguridad jurídica" por parte del Gobierno del país andino, cuando éste "la ha quebrado desde el primer momento que ha tomado decisiones arbitrarias". En este punto, criticó que el Ejecutivo español "no haya tomado ninguna medida” a excepción de “convocar al encargado de negocios para manifestar su malestar” ni haya “aplicado ninguno de los usos y costumbres de la diplomacia para manifestar su rechazo y la preocupación de un Gobierno frente a otro".
Por todo ello, pidió hoy al Gobierno que "deje de desmontar los intereses españoles en el extranjero" y, en concreto, al ministro de Industria, José Montilla, le reclamó "mayor coherencia en materia energética y en materia de política industrial" porque, según argumentó, "tiene una posición muy clara en torno a la OPA de Gas Natural sobre Endesa, una bien distinta sobre E.ON y otra bien distinta sobre la expropiación de los hidrocarburos de compañías extranjeras en Bolivia".
Pagando los errores sobre Cuba y Venezuela
Así, De Arístegui ha declarado que el Gobierno "no tiene un solo criterio, sino que tiene varios criterios en función de la crisis política que él mismo genera, y esas consecuencias políticas son cada vez más visibles". De hecho, dijo, "veníamos advirtiéndole desde hace mucho tiempo que sus errores en política exterior iban a tener consecuencias directas en el bolsillo de los españoles".
Es ahora cuando a su juicio “empiezan a verse las graves consecuencias del errático diseño y de la pésima ejecución de la política exterior por un acercamiento injustificable a Cuba y Venezuela, países que han propiciado una expansión del populismo y que han generado la duda en la opinión pública latinoamericana sobre las verdaderas intenciones del Gobierno de España", aseveró. Por ello, De Arístegui consideró que el presidente del Gobierno y el ministro de Asuntos Exteriores "tendrían que demostrar mayor firmeza, seriedad, equilibrio y sensatez, dentro de la prudencia, pero dentro de la más firme de defensa de los intereses españoles".