LD (Pedro de Tena) Así, el número dos de los populares andaluces dejó claro que este ERE no puede ser tratado como cualquier otro, ya que se trata de una empresa a la que se han destinado recursos públicos para salvarla. Subrayó la «enorme responsabilidad» que tiene la Junta en esta situación.
Se supo este lunes que la empresa automovilística de Linares (Jaén) Santana Motor, cuyo principal accionista es la Junta de Andalucía, presentará el próximo día 6 de octubre un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará a 363 trabajadores -todos ellos de la División Militar -, de los 600 que quedan en nómina. Sin embargo, desde el Ejecutivo andaluz se pide «tranquilidad». En concreto, el consejero de Innovación, Ciencia y Empresa, Francisco Vallejo, consideró «absolutamente responsable» la decisión adoptada por la compañía andaluza.
Según la Junta, la decisión comunicada por el consejo de administración de la factoría a su comité de empresa tiene el objetivo de conseguir que su capacidad productiva sea «equivalente» a la demanda actual, que ha disminuido un 30 por ciento por la crisis. De esta forma, según apuntó el consejero socialista, se evitarán para Santana unas pérdidas económicas «que el erario público no puede pagar».
Los representantes de los trabajadores mostraron su rechazo «total» a una decisión que los pilló «por sorpresa», y tras la presentación de la documentación el próximo lunes, se abrirá un periodo de alegaciones en el que los sindicatos estudiarán los términos del informe. Además, recalcaron que hasta que este lunes se lanzó esa información en el Consejo de Administración ni siquiera sospechaban que en Santana se pudiera producir esa posibilidad porque "la situación es la misma de siempre". "No teníamos ni la más mínima sospecha", según reconocieron y aventuraron que ese ERE afectará a las divisiones de Santana Motor, Santana Militar y Santana Andalucía.
La compañía andaluza Santana, empresa pública dependiente de la Junta de Andalucía, presenta el expediente de regulación de empleo (ERE) que tiene previsto poner en marcha ante la propia Junta. En su página de Internet, Santana Motor, empresa con más de 48 años de existencia, precisa que cuenta en la actualidad con una plantilla directa de más de 600 empleados y que son alrededor de 3.000 los empleados procedentes de la industria auxiliar.
Hace sólo un año el diario El País escribía lo siguiente: "Santana Motor ha dejado de ser una fábrica exclusiva de todoterrenos. De sus plantas en Jaén saldrán este año vagones, aerogeneradores y vehículos contra incendios, fruto de las alianzas con CAF, Gamesa e Iturri. La firma, propiedad de la Junta de Andalucía, también da un volantazo comercial de la mano de Iveco. Iveco distribuirá un 4×4 de Santana, y de las plantas de Jaén saldrán vehículos contra incendios, vagones de metro y aerogeneradores. La historia reciente del único fabricante andaluz de automóviles está marcada por la amenaza de cierre desde que Suzuki, su último socio privado, decidiera en 1994 cambiar su participación directa por un acuerdo de distribución comercial y licencias para producir en Jaén varios modelos de todoterreno. En 2001, las pérdidas llevaron a la Junta a inyectar 240 millones de euros para salvar la factoría. Se vendieron varias líneas de negocio a ocho subcontratas, se recolocaron a 400 empleados en esas empresas y se prejubiló a otros 615. Además, se empezó a invertir en la transformación de los todoterreno de Suzuki en modelos propios."
Pero en 2004 la Junta comprobó que no era suficiente. La producción de modelos propios no iba a bastar para compensar el fin del acuerdo de distribución comercial ese mismo año y la caída de ventas de los modelos japoneses fabricados en Jaén, condenados a la desaparición. El consejero andaluz de Innovación, Francisco Vallejo, anunció entonces un plan para diversificar la producción de la compañía y designó como nuevo presidente a Juan Luis Muriel. El objetivo era encontrar empresas con las que formar nuevas sociedades de mayoría privada para desarrollar otros productos industriales.
Dos años después de la puesta en marcha del plan, para el que se preveía una financiación de 200 millones de euros, Santana Motor ya tiene sus socios. El primer acuerdo se alcanzó con la compañía vasca CAF para fabricar vagones de metro y tren. Los encargos de la Junta (metro de Sevilla, tren ligero de Vélez-Málaga) aceleraron el arranque y en julio pasado salió ya el primer vagón de la planta de Linares que usa la nueva sociedad. El segundo acuerdo se cerró a finales de 2005 con la empresa de energías renovables Gamesa. La nueva firma empezará en febrero con la construcción de torres de aerogeneradores. Y la Junta anunció hace dos semanas la constitución de una tercera sociedad con Iturri, compañía especializada en temas de seguridad, con la que fabricará vehículos de emergencias a partir del verano.