LD (EFE) Tras presentar las nuevas previsiones económicas para la zona euro y la UE en 2006, Almunia consideró una "buenísima noticia" la aceleración de la actividad en España en lo que va de año, especialmente por su mejor composición, debido al empuje de las exportaciones. Sin embargo, insistió en que las autoridades españolas deben aprovechar el actual ciclo de expansión para aumentar la productividad, extender el uso de las nuevas tecnologías y centrarse en productos y servicios de mayor valor añadido.
Según las nuevas previsiones del Ejecutivo comunitario, la economía española crecerá en 2006 el 3,5 por ciento, un punto más que el conjunto de la zona euro y ocho décimas que los Veinticinco, pero la inflación se elevará hasta el 3,9 por ciento –frente al 2,3 por ciento de media en la eurozona y la UE–.
"Los ciclos económicos no son eternos", reseñó Almunia y recordó que hay que aprovechar los buenos momentos para acometer reformas y afrontar los desafíos pendientes. Respecto a la inflación, reconoció que "sin duda, es un problema" para la economía española, en parte derivado de la fortaleza de la demanda interna, pero que también refleja las rigideces estructurales en los sectores protegidos de la competencia.
El comisario insistió en que los mercados abiertos a la competencia tienen una evolución de precios similar a la del resto de países de la UE, mientras que los protegidos registran aumentos de precios mayores. Por eso, reiteró que es necesario introducir en esos sectores, entre los que citó el energético y el comercio minorista, más flexibilidad y competencia.
Según las nuevas previsiones del Ejecutivo comunitario, la economía española crecerá en 2006 el 3,5 por ciento, un punto más que el conjunto de la zona euro y ocho décimas que los Veinticinco, pero la inflación se elevará hasta el 3,9 por ciento –frente al 2,3 por ciento de media en la eurozona y la UE–.
"Los ciclos económicos no son eternos", reseñó Almunia y recordó que hay que aprovechar los buenos momentos para acometer reformas y afrontar los desafíos pendientes. Respecto a la inflación, reconoció que "sin duda, es un problema" para la economía española, en parte derivado de la fortaleza de la demanda interna, pero que también refleja las rigideces estructurales en los sectores protegidos de la competencia.
El comisario insistió en que los mercados abiertos a la competencia tienen una evolución de precios similar a la del resto de países de la UE, mientras que los protegidos registran aumentos de precios mayores. Por eso, reiteró que es necesario introducir en esos sectores, entre los que citó el energético y el comercio minorista, más flexibilidad y competencia.