La bonanza económica que atraviesa Alemania va a permitir que su Gobierno vuelva a los límites de déficit marcados por el Pacto europeo de Estabilidad y Crecimiento este mismo año. Se trata de un hecho relevante ya que Berlín figura entre los gobiernos que más han violado el Pacto desde su entrada en vigor en 1997.
El Pacto fijaba dos parámetros macroeconómicos que ninguno de los países pertenecientes al euro podría sobrepasar: por un lado, el déficit presupuestario no habría de superar el 3% del PIB, incluyendo el gasto público en su conjunto, es decir, el estatal, el regional y el local; por otro, el nivel de deuda pública, esto es, lo que un Gobierno adeuda a los acreedores sobre lo que el país produce en un año, no podría irse por encima del 60% del PIB.
Un acuerdo difícil de cumplir que se convirtió en papel mojado tan pronto como irrumpió la crisis financiera internacional hace tres años. Los alemanes se lo saltaron a la torera varias veces en la época de Gerhard Schröder a pesar de que el Pacto fue un invento alemán, de Theo Waigel, exactamente, ministro de finanzas de Helmut Kohl durante la década de la reunificación.
Alemania incumplió el límite presupuestario de manera sistemática entre 2003 y 2010. Uno de los objetivos de Merkel a su llegada a la cancillería fue poner coto al derroche y devolver las finanzas a algo parecido al punto muerto. Le ha llevado casi un lustro rebajar el gasto y aumentar el ingreso, que de esas dos variables depende cumplir (o no) con el compromiso presupuestario.
Este año el ministerio de Finanzas, regentado por el liberal Rainer Brüderle, estima que el déficit se podrá reducir más de un punto, del 3,6% en el que cerró 2010 a un 2,5%. Y no es tanto que el Estado gasta menos como que ingresa más. El Gobierno Federal ha revisado los objetivos de déficit al percatarse de que la economía alemana crece "mucho más rápido que la media de la zona euro", según se extrae del tradicional Jahreswirtschaftsbericht, un informe económico de periodicidad anual que publica el Ministerio.
El citado informe cree que Alemania crecerá cómodamente por encima del 2% este año, impulsado por el mercado laboral y las buenas expectativas en la demanda interna. Los alemanes no sólo tienen empleo sino también cuantiosos ahorros que sabiamente acumularon durante los años de la crisis. Ese dinero está empezando a aflorar en el mercado y empuja con fuerza a las empresas nacionales. El departamento de Brüderle lo constata con laconismo alemán asegurando que "cada vez es mayor la fuerza motriz del desarrollo económico".
Más optimistas que nunca, el gabinete económico de Merkel se marca dos objetivos primordiales. El primero, una vez conseguido frenar el déficit público, aligerar la deuda nacional, que sigue siendo extremadamente alta, el 74% del PIB en 2010. Luego, cuando se haya vuelto a los límites del Pacto de Estabilidad, profundizar en las reformas económicas para cimentar el boom económico alemán.
Las claves del "milagro"
Joachim Pfeiffer, portavoz económico de la CDU, cree que "si todavía hay espacio para aliviar la carga de impuestos éste debe ser aprovechado, así los ciudadanos y las empresas tendrán que pagar menos impuestos y dispondrán de más dinero en el bolsillo".
Pfeiffer no oculta que una de las claves del renacido milagro alemán es el consumo. El poder adquisitivo de los alemanes es deslumbrante de un año a esta parte. Hay cinco razones que lo explican:
1.- Mercado laboral. Un 7% de desempleo medio (un 4% en alguna región) significa que prácticamente todos los alemanes en disposición de hacerlo están trabajando. Tener trabajo es condición sine qua non para que el consumo aumente. Alemania no es una excepción. Los trabajadores alemanes, además, están especialmente bien remunerados. En 2009 la renta por habitante y año rondaba los 30.000 euros, 10.000 más que en España.
2.- Productividad. Alemania es un país muy productivo. Las empresas producen más en menos tiempo y con menos costes. Lo que producen, además, suele ser de gran calidad, por lo que los productos alemanes se venden a altos precios. Un círculo virtuoso que garantiza altos salarios y jornadas de trabajo reducidas en comparación con otros países que se han especializado en justo lo contrario.
3.- Estabilidad de precios. El escenario deflacionista en la eurozona ha beneficiado sobremanera a los consumidores alemanes, que ahora pueden adquirir más bienes y servicios por el mismo dinero. La inflación en 2010 ha promediado el 1,3% mientras que los salarios reales han aumentado un 2,3% después de deducirles el incremento de en los precios. El resultado es que los alemanes son cada vez más ricos y pueden permitirse el lujo de gastar más.
4.- Estabilidad política. A los alemanes no les gustan los experimentos y valoran mucho la estabilidad política. Un ejemplo de esto fue la gran coalición entre conservadores y socialdemócratas durante la pasada legislatura (2005-2009), cuando la crisis económica arreciaba. En Alemania, además, no tienen problemas de identidad nacional y las regiones compiten entre sí, pero no por ver quien regula más o quien tiene más organismos regionales, sino por quien produce más y mejor.
En los últimos años se han abierto incluso debates nacionales sobre la reducción del número de länder para disminuir el gasto, algo impensable en España. La estabilidad ha generado un optimismo generalizado. Todos hablan bien de Alemania, las empresas ganan más y la confianza de los empresarios aumenta cada trimestre. Esa sensación se transmite fácilmente al consumidor que mira el futuro con una dosis de optimismo muy buena para el comercio.
5.- Ahorro. Los alemanes son los individuos más ahorradores del mundo desde hace mucho tiempo. La tasa de ahorro del país roza el 12%, es decir, de cada 100 euros guardan 12 para el futuro capitalizándolos a través de la banca o directamente en Bolsa. Los Estados Unidos se conforman con un mísero 4%.
Los españoles, que andábamos en esas antes de la crisis, hemos visto la orejas al lobo y el año pasado ahorramos el 14,4% de nuestra renta disponible durante 2010. Nos hará falta mucho tiempo y amortizar muchas deudas para igualar el ahorro acumulado por los alemanes.Los años buenos vuelven. El déficit se quedará este año por debajo de los límites del Pacto de Estabilidad. El consumo, entretanto, se ha disparado.