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(27-10-01) Lockheed Martin logra el mayor contrato militar de la historia

El Pentágono ha concedido a la compañía Lockheed Martin el mayor contrato militar de la historia, la construcción de un cazabombardero para las fuerzas armadas de EEUU y del Reino Unido por un coste de hasta 225.000 millones de dólares. La empresa ganadora competía con Boeing. Su diseño se basa en el caza supersónico F-22 Raptor.

L. D. / EFE.- El Pentágono anunció la concesión del multimillonario contrato, que, de cumplirse los pedidos previstos, llevará a la construcción de 3.000 unidades de una nueva generación de cazabombarderos multiuso para las fuerzas armadas de EEUU y del Reino Unido. Además, otros países han mostrado su interés en comprar el avión de combate, y se calcula que las futuras exportaciones podrían doblar el volumen de producción y el valor del programa.

La empresa ganadora, que competía con Boeing por el contrato, estaba considerada como la gran favorita, con un aparato de diseño más conservador que el de su rival, y que está basado en el caza supersónico F-22 Raptor. Las dos compañías habían estado trabajando durante cinco años en el proyecto, que puede ser el último gran contrato de aviones tripulados del Pentágono, ya que se prevé que en el futuro aumente el número de aparatos sin piloto y manejados por control remoto.

El cazabombardero tendrá características especiales para evadir los radares y realizar maniobras a velocidades supersónicas. El aparato -monomotor con un tripulante- tendrá una serie de variantes para cada una de las ramas de las fuerzas armadas. Así, habrá una versión convencional para la fuerzas aéreas de EEUU y del Reino Unido, mientras que la versión naval podrá despegar de los portaaviones. También habrá otra con capacidad de despegue en pistas muy cortas o despegue vertical para la Infantería de Marina de EEUU y la Armada británica.

El contrato incluye 20.000 millones de dólares para la conclusión del desarrollo industrial del aparato, mientras que las órdenes previstas de compra ascienden a 3.002 unidades, de ellas 150 para el Reino Unido, cuyo coste ascendería a unos 200.000 millones. Londres ha comprometido 2.000 millones de dólares para el desarrollo tecnológico del avión que, entre otras prestaciones, podrá conectarse por Internet con sus bases.

Está previsto que la producción comience en el 2005, con el primer aparato entregado para el 2008, aunque no se excluye que se acelere el programa si el Departamento de Defensa cree que necesita más armas de última generación ante la incierta situación internacional.

Los analistas del sector confían en que Boeing colaborará en la ejecución del proyecto, igual que ya construye una tercera parte de los F-22. Los expertos calculan que el mercado de exportación para el aparato puede ser tan importante como el nacional.

Otra consecuencia de esta decisión será la del empleo: Boeing había anunciado recientemente que despediría hasta 30.000 trabajadores del tráfico aéreo civil por los atentados terroristas de septiembre, y esperaba compensarlo con el programa. En cambio, Lockheed Martin calcula que el contrato podría suponer un aumento del empleo de 4.500 personas en su factoría de Fort Worth (Texas), en la que fabrica los F-16.

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