L. D.- Según el informe de auditoría (disponible en la página web de la Comisión Nacional del Mercado de Valores), la sociedad no ha puesto a disposición de Arthur Andersen “los respectivos libros de actas oficiales de las Juntas de Accionistas y consejos de Administración. En consecuencia, no hemos dispuesto de evidencia alguna de las liberalizaciones y acuerdos tomados por los órganos de gobierno de la sociedad y no podemos evaluar si tales acuerdos pudieran desprenderse aspectos de contenido económico con impacto en las cuentas anuales”.
Además, “la sociedad ha constituido una provisión por importe de 995.606.000 pesetas con el fin de dejar reducido a cero el valor de sus participaciones en México y Argentina. Asimismo, el coste de participación en Promociones Gaelma, S.A. ha sido minorado en 259.523.000 pesetas con el fin de adecuar el coste de adquisición a su valor razonable al 31 de diciembre de 2000”. Arthur Andersen precisa que durante la realización de su trabajo no han “dispuesto de la información financiera auditada correspondiente a dichas sociedades y por consiguiente no es posible evaluar la suficiencia o exceso de provisión dotada durante el ejercicio 2000”. Sin embargo, hay que recordar que fue a la propia Arthur Andersen a la que los gestores de Recol encargaron el cierre de estas dos filiales y que lo normal antes de cerrar una empresa es conocer con exactitud sus cuentas.
Esta no es la única contradicción en que cae Arthur Andersen en su informe, ya que en el punto 8.1 de la Memoria se afirma que “durante el ejercicio 2000, Recol Networks ha realizado tres ampliaciones de capital por importe total de 260.411.000 peseta, suscritas en su totalidad por Recol Networks. Asimismo, la sociedad ha realizado Aportaciones irrevocables por importe de 244.914.000 pesetas”. No obstante, la firma auditora asegura que “en las Actas del consejo no consta autorización ni aprobación alguna de la realización de estas operaciones”. Esta afirmación la hace Arthur Andersen después de que en el inicio del informe asegurara que no había tenido acceso a dichos documentos.
De enorme relevancia para los 7.500 accionistas de Recol tiene también el punto número 6 del informe, que asegura “que existen determinados procedimientos judiciales interpuestos contra Recol que en caso de prosperar podrían dar lugar a contingencias de cuantía indeterminada, así como a la nulidad de las ampliaciones de capital y la Oferta Pública de Suscripción de Acciones llevadas a cabo por la sociedad” en el año 2000.
Arthur Andersen concluye señalando que “durante la realización de nuestro trabajo se han puesto de manifiesto numerosos aspectos que evidencia debilidades o falta de operatividad durante gran parte del ejercicio 2000 de los sistemas de control interno de la sociedad”. “Dichas debilidades --continúa el informe-- se concretan en la ausencia de aprobaciones para determinadas transacciones (...), así como en la falta de documentación soporte o razonabilidad económica en otras”. Por ello, Arthur Andersen no puede “asegurar que todos los hechos económicos que afectan a la sociedad estén debidamente registrados en la contabilidad, ni que existan otros hechos relevantes que debieran haber sido informados o registrados en las cuentas anuales al 31 de diciembre.
Por último, el informe de auditoria termina que “debido a la gran importancia de las limitaciones, no podemos expresar una opinión sobre las cuentas anuales del ejercicio 2000 adjuntas”.
Además, “la sociedad ha constituido una provisión por importe de 995.606.000 pesetas con el fin de dejar reducido a cero el valor de sus participaciones en México y Argentina. Asimismo, el coste de participación en Promociones Gaelma, S.A. ha sido minorado en 259.523.000 pesetas con el fin de adecuar el coste de adquisición a su valor razonable al 31 de diciembre de 2000”. Arthur Andersen precisa que durante la realización de su trabajo no han “dispuesto de la información financiera auditada correspondiente a dichas sociedades y por consiguiente no es posible evaluar la suficiencia o exceso de provisión dotada durante el ejercicio 2000”. Sin embargo, hay que recordar que fue a la propia Arthur Andersen a la que los gestores de Recol encargaron el cierre de estas dos filiales y que lo normal antes de cerrar una empresa es conocer con exactitud sus cuentas.
Esta no es la única contradicción en que cae Arthur Andersen en su informe, ya que en el punto 8.1 de la Memoria se afirma que “durante el ejercicio 2000, Recol Networks ha realizado tres ampliaciones de capital por importe total de 260.411.000 peseta, suscritas en su totalidad por Recol Networks. Asimismo, la sociedad ha realizado Aportaciones irrevocables por importe de 244.914.000 pesetas”. No obstante, la firma auditora asegura que “en las Actas del consejo no consta autorización ni aprobación alguna de la realización de estas operaciones”. Esta afirmación la hace Arthur Andersen después de que en el inicio del informe asegurara que no había tenido acceso a dichos documentos.
De enorme relevancia para los 7.500 accionistas de Recol tiene también el punto número 6 del informe, que asegura “que existen determinados procedimientos judiciales interpuestos contra Recol que en caso de prosperar podrían dar lugar a contingencias de cuantía indeterminada, así como a la nulidad de las ampliaciones de capital y la Oferta Pública de Suscripción de Acciones llevadas a cabo por la sociedad” en el año 2000.
Arthur Andersen concluye señalando que “durante la realización de nuestro trabajo se han puesto de manifiesto numerosos aspectos que evidencia debilidades o falta de operatividad durante gran parte del ejercicio 2000 de los sistemas de control interno de la sociedad”. “Dichas debilidades --continúa el informe-- se concretan en la ausencia de aprobaciones para determinadas transacciones (...), así como en la falta de documentación soporte o razonabilidad económica en otras”. Por ello, Arthur Andersen no puede “asegurar que todos los hechos económicos que afectan a la sociedad estén debidamente registrados en la contabilidad, ni que existan otros hechos relevantes que debieran haber sido informados o registrados en las cuentas anuales al 31 de diciembre.
Por último, el informe de auditoria termina que “debido a la gran importancia de las limitaciones, no podemos expresar una opinión sobre las cuentas anuales del ejercicio 2000 adjuntas”.