El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció en julio de 2012 de una ligera rebaja de la prestación por desempleo. La medida se enmarcaba en dos de los ejes de actuación del gabinete popular, puesto que buscaba consolidar la flexibilización del mercado de trabajo y, al mismo tiempo, contribuir a la reducción del déficit público.
En base a la reforma anunciada por el propio Rajoy, se acordó que los parados que percibiesen esta ayuda durante más de seis meses pasasen de cobrar el 60% de la base reguladora del salario al 50%. La medida se aplicó solamente a los nuevos perceptores de la prestación por desempleo y no alteró el tiempo máximo de cobro de dicha ayuda, que se mantuvo en dos años.
El anuncio de esta modificación recibió fuertes críticas por parte de la oposición política, los sindicatos y numerosos medios de comunicación, que trasladaron a la opinión pública la idea de que se estaba produciendo un nuevo "recorte" de los "derechos sociales" cuyo resultado sería la depauperación de los trabajadores.
Pero, ¿qué pasó realmente? El paso del tiempo ha permitido evaluar la efectividad de la reforma y poner de manifiesto la utilidad de introducir cambios similares en las reglas de nuestros programas asistenciales. Para el caso que nos ocupa, la conclusión es clara: empeorar las condiciones del subsidio de paro ha reducido los incentivos para seguir desocupado y aumentó notablemente la empleabilidad de los parados españoles.
La duración del paro se acortó 6 semanas
Quienes llegan a esta conclusión son Yolanda F. Rebollo-Sanz, de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla, y Núria Rodríguez-Planas, del Queens College de Nueva York. Ambas economistas tomaron datos de la Seguridad Social y analizaron el caso de trabajadores comparables, teniendo en consideración su empleabilidad antes y después de la reforma.
Desde mediados de 2012, la duración mediana del desempleo se acortó en cais 6 semanas (5,7) o, lo que es lo mismo, se redujo en un 14%. Según Rebollo-Sanz y Rodríguez Planas, "la reforma tuvo un fuerte efecto en el comportamiento de los agentes económicos". La elasticidad del nuevo marco fue de 0,86.
Ambas académicas, que han publicado sus hallazgos en el prestigioso Institute of Labor Economics (IZA), encuentran que la reducción del 10% del subsidio aplicada a quienes cumplen más de un semestre en paro fue de la mano con un aumento de al menos un 41% en la probabilidad de encontrar empleo.
La investigación concluye que el gasto medio por desempleado experimentó una reducción del 15,8%, de modo que no solo se cumplieron los objetivos de mejorar el mercado laboral, sino también las metas de reducción de gasto. También se apunta en el trabajo que la reducción de dichos desembolsos se produjo también en los seis primeros meses de cobro de la prestación por desempleo, puesto que la constancia de que el subsidio se reduce a partir del séptimo mes tiene el efecto de acelerar el proceso de reincorporación al mercado antes incluso de que se materialice tal corrección.
Rebollo-Sanz y Rodríguez Planas señalan que el colectivo más beneficiado por el aumento de las perspectivas de encontrar trabajo fueron los trabajadores que percibían sueldos más bajos en el momento de su despido (por debajo de 1.459 euros). Además, las autoras detectan que la mejora de la empleabilidad no implicó una reducción de los salarios percibidos por los trabajadores en el momento de su regreso al mercado laboral.