La situación de las cuentas públicas sigue deteriorándose. Esta semana hemos conocido los datos de ejecución presupuestaria para los tres primeros trimestres del año y, de acuerdo con dichas estadísticas, el descuadre entre ingresos y gastos no solo no se ha reducido sino que ha aumentado un 26% respecto al mismo periodo de 2018.
En total, los gastos del conjunto de las Administraciones Públicas se situaron 18.386 millones de euros por encima de los ingresos. Esta cifra equivale a una desviación del 1,47% del PIB, frente al 1,21% que se registró entre enero y septiembre del pasado ejercicio. Se confirma, pues, el cambio a peor de la estabilidad presupuestaria bajo gobierno del socialista Pedro Sánchez.
Si se desglosan los datos, se pueden apreciar múltiples focos de inestabilidad presupuestaria que explican el deterioro. De entrada, se ha producido un repunte importante en el déficit de la Seguridad Social, principalmente debido a la revalorización de las pensiones, que se han actualizado con el IPC de 2018 pese a que el sistema no cuenta con recursos suficientes para afrontar dicho aumento.
De hecho, el ministerio de Trabajo actualiza mensualmente la evolución del déficit de la Seguridad Social y, con cifras para enero-noviembre, se puede constatar que el descuadre entre los ingresos y los gastos del sistema ascendió a 5.705 millones de euros en los once primeros meses del año en curso. El descuadre será mayor a final de año, cuando se incorpore el gasto deficitario asociado al pago de la "extra" de Navidad, que será sufragado con nuevas emisiones de deuda. Y todo a pesar de que los ingresos por cotizaciones sociales han incrementado un 8% en lo que va de año, lo que confirma que el problema no está en los ingresos del sistema, sino en sus gastos.
Hay, además, otros ámbitos en los que también se produce un cambio a peor en materia de estabilidad presupuestaria. Por ejemplo, las comunidades autónomas siguen sin percibir los ingresos derivados de la liquidación del sistema de financiación del año 2017 y, pese a que algunas de estas entregas a cuenta se han desbloqueado, la situación no ha impedido que las regiones pasen de registrar superávit al final del primer semestre a cerrar el tercer trimestre del año con números rojos.
Y, además de todo lo anterior, los datos de liquidación que facilita el ministerio de Hacienda muestran que los Ayuntamientos también contribuyen al deterioro del cuadro fiscal general. Para ser precisos, los municipios reducen su saldo positivo, puesto que su superávit es un 30% menor que el año pasado. Esto es debido, principalmente, al aumento de las inversiones y al aumento de la masa salarial de trabajadores empleados por las corporaciones locales.
La situación de los ingresos fiscales tampoco es para tirar cohetes. Antes de la llegada al poder del PSOE, la recaudación de Hacienda venía aumentando a niveles del 4,5% anual. Sin embargo, en los tres primeros trimestres del 2019 se ha producido una subida mucho menor en esta rúbrica, de apenas un 1,7%, que ni siquiera compensa el crecimiento de los gastos del Estado, cuyo aumento es del 2%, principalmente por el aumento de la partida para la remuneración de los asalariados.