L D (EFE) El presidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Phillipe Maystadt, indicó que el Ecofín analizó diversos documentos presentados por éste, la Comisión Europea y el Comité Económico y Financiero, sobre este plan. El objetivo de esta iniciativa es apoyar el crecimiento incrementando las inversiones públicas y privadas en proyectos de las Redes Europeas de Transportes y en Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+I). En este sentido, los ministros dieron la misma importancia a la realización de proyectos de infraestructuras y a los de investigación, destacó.
Maystadt dijo que también se apoyó que se identifiquen los proyectos de "arranque rápido", es decir aquellos que pueden empezar a hacerse en breve, pues "ya están maduros" y existen recursos disponibles, y cuya ejecución se puede realizar "en un periodo razonable de tiempo". De esta forma, los efectos de la Acción Europea para el Crecimiento se podrían empezar a sentir en la economía de la Unión Europea. Maystadt matizó, sin embargo, que esta acción europea no tendrá tanto un "impacto inmediato sobre la coyuntura económica, sino que tendrá efectos estructurales a largo plazo sobre el potencial de crecimiento".
La Acción para el Crecimiento basa la obtención de recursos para financiar los proyectos no sólo en el sector público, sino también en su colaboración con el sector privado, por lo que los ministros estudiaron la forma de asociar éste último. Maystadt dijo que el BEI "está preparado para contribuir" a esta integración del sector privado con el uso de una facilidad financiera para algunas inversiones que comportan riesgos. La Comisión Europea, según Maystadt, propuso crear un nuevo esquema de garantías para propiciar la participación del sector privado, que cubriría durante un corto periodo de tiempo algunos riesgos asociados a ciertos proyectos, y al que se destinaría un montante del presupuesto.
Los ministros consideraron que esta idea debe ser profundizada y discutida, así como otra formulada por Bruselas para que los proyectos incluidos en esta acción para el crecimiento puedan disponer de hasta un 30 por ciento de subvenciones. Los responsables económicos de los Quince también destacaron que algunos proyectos, en especial de infraestructuras, se enfrentan a problemas de ejecución, pero no por falta de fondos, si no por barreras técnicas o administrativas, que suelen ser más frecuentes cuando tienen dimensión transfronteriza.
El presidente del BEI dijo que esta institución está capacitada para hacer frente a este proyecto sin poner en peligro su excelencia y atendiendo a los compromisos alcanzados con los ministros de Economía y Finanzas. Maystadt recordó que el BEI, cuando se produjo su última ampliación de capital, se comprometió a no pedir una nueva antes de 2008 y que cuando llegase el momento el propio banco debería ser capaz de hacerla por sí mismo.
Maystadt dijo que también se apoyó que se identifiquen los proyectos de "arranque rápido", es decir aquellos que pueden empezar a hacerse en breve, pues "ya están maduros" y existen recursos disponibles, y cuya ejecución se puede realizar "en un periodo razonable de tiempo". De esta forma, los efectos de la Acción Europea para el Crecimiento se podrían empezar a sentir en la economía de la Unión Europea. Maystadt matizó, sin embargo, que esta acción europea no tendrá tanto un "impacto inmediato sobre la coyuntura económica, sino que tendrá efectos estructurales a largo plazo sobre el potencial de crecimiento".
La Acción para el Crecimiento basa la obtención de recursos para financiar los proyectos no sólo en el sector público, sino también en su colaboración con el sector privado, por lo que los ministros estudiaron la forma de asociar éste último. Maystadt dijo que el BEI "está preparado para contribuir" a esta integración del sector privado con el uso de una facilidad financiera para algunas inversiones que comportan riesgos. La Comisión Europea, según Maystadt, propuso crear un nuevo esquema de garantías para propiciar la participación del sector privado, que cubriría durante un corto periodo de tiempo algunos riesgos asociados a ciertos proyectos, y al que se destinaría un montante del presupuesto.
Los ministros consideraron que esta idea debe ser profundizada y discutida, así como otra formulada por Bruselas para que los proyectos incluidos en esta acción para el crecimiento puedan disponer de hasta un 30 por ciento de subvenciones. Los responsables económicos de los Quince también destacaron que algunos proyectos, en especial de infraestructuras, se enfrentan a problemas de ejecución, pero no por falta de fondos, si no por barreras técnicas o administrativas, que suelen ser más frecuentes cuando tienen dimensión transfronteriza.
El presidente del BEI dijo que esta institución está capacitada para hacer frente a este proyecto sin poner en peligro su excelencia y atendiendo a los compromisos alcanzados con los ministros de Economía y Finanzas. Maystadt recordó que el BEI, cuando se produjo su última ampliación de capital, se comprometió a no pedir una nueva antes de 2008 y que cuando llegase el momento el propio banco debería ser capaz de hacerla por sí mismo.