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Carta de la Embajada de EEUU en reconocimiento del guardia civil Jesús Cirilo Pérez

ETA mató el 9 de septiembre de 1985 a un ciudadano norteamericano que hacía deporte por la plaza de República Argentina. El atentado estaba preparado para hacer volar por los aires un microbús en el que viaja una veintena de guardias civiles. Dice la carta que reconoce la labor de Jesús Cirilo Pérez: "Fue el suyo un ejemplo grandioso de solidaridad, humanidad, valor y amistad". Jesús no se paró a pensar en la gravedad de sus propias heridas a la hora de rescatar a otras víctimas, "ni los restos de tuercas y metralla alojados en su espalda", los traumatismos en piernas y brazos o los dedos rotos. El embajador añade en dicha carta: "Su abnegación y sacrificio, al regresar a la escena de la tragedia a pesar de sus propias heridas después de haber auxiliado a nuestro compatriota, permanecerán para siempre en nuestra memoria como un modelo a seguir".