Zidane y Guti lideran la resurrección del Madrid ante un buen Sevilla

(Libertad Digital) López Caro le ha puesto otra velocidad al Madrid. Y ha sido frente a un Sevilla pletórico y valiente. El equipo blanco mostró fuelle, intensidad y, sobre todo, una capacidad enorme para rehabilitar a futbolistas que caminaban hacia el precipicio. Entre ellos se encuentra un Zidane vuelve a ser el de antaño. A los seis minutos, el francés le metió un buen pase a Guti para que el de Torrejón batiera a Palop con un cañonazo. Pero los visitantes nunca le perdieron la cara al partido, aunque les faltó el gol, al menos en la primera mitad. Un cabezazo de Luis Fabiano a los 40 minutos fue lo más peligroso en el primer tramo. Antes, a los 27 minutos, Cicinho había mandado un pelotazo al larguero desde la banda derecha en un centro-chut envenenado. Con un penalti reclamado por el Madrid por empujón en el área de Daniel Alves a Robinho acabó el primer tramo.

 

Tras el descanso, el partido se igualó de inmediato. Luis Fabiano, atento en el área, fusiló a Iker después de que el meta madridista hubiera despejado la pelota. La emoción y el interés volvían al partido. Pero poco disfrutó la alegría el Sevilla. A los 56 minutos fue derribado Baptista en el área y Zidane, con autoridad, marcó el penalti. Cicinho fue la llave del Madrid en ese gol. Abrió el campo y puso el balón en el corazón del área. En ese tipo de acciones, o hay gol o penalti o el mismo defensa se marca en propia meta. El lateral brasileño, penúltimo fichaje de los blancos en el mercado de invierno, brilló cuando Beckham le cubría la espalda.

A partir de entonces, el equipo local no sólo recuperó el dominio sino que además jugó bien. Hacía más de dos años que los blancos no ofrecían detalles de espectáculo. Y en ese cambio, apareció Zidane como gran protagonista. Con la ayuda inestimable de Guti, principal artífice de la remontada, el galo culminó un hermoso gol que le devolvió con aplausos la parroquia del Bernabéu. El Sevilla lo dio todo, pero el Madrid también volvió a sus orígenes. Casillas sacó una mano increíble en un libre directo de Aitor Ocio y Sergio Ramos, en su propia meta, mandó un balón al larguero, mientras que Kanouté mandaba otra pelota al poste. Era un partido de ida y vuelta.

Aun así, por fin el Real Madrid se encontró cómodo. Tal es la confianza que el equipo de López Caro se atrevió con acciones personales que últimamente habían pasado al olvido por miedo al error. Zidane y Cicinho remataron varias voleas a media altura. Hubo pegada por ambas partes y también el Sevilla metía miedo. Beckham mandó otro balónal larguero en un libre directo, aunque Aitor Ocio pondría poco después el 3-2. Quedaban seis minutos y el Madrid se temía lo peor porque los andaluces estaban haciendo mucho daño a la contra. Sólo Baptista, que se dejó el alma en el campo, no encuentra su sitio. El gol se le niega. Algo que sí ha vuelto a Zidane, que marcó el tercero en su cuenta particular en el último suspiro.