"No le damos tanta importancia a ser favoritos. Ser favorito, ¿qué te da? Nada. El equipo está en una buena línea, pero en la copa Confederaciones aprendimos que con un mal día te vas fuera", ha avisado, en una entrevista a la revista 'GQ', que recoge Europa Press.
Así el Tolosarra considera que una de las claves es "ser muy constante en un mes de competición", y que por eso "es muy importante que los jugadores lleguen en muy buen momento". "Este año hay más determinación y convicción, hay razones para pensar que podemos ganar. Va a ser una buena oportunidad. Esperemos hacerlo bien y tener éxito. Todos confiamos en ello", ha destacado.
Por otra parte y en referencia a su primer año en el Real Madrid, destaca que el vestuario del equipo no es como lo pinta. "Desde fuera nunca puedes tener una percepción real. Una vez que estás dentro, es como otro vestuario cualquiera. Estás con gente de un nivel increíble, dentro y fuera del campo, pero en el contacto cercano son personas muy simpáticas, el vestuario del Madrid es muy alegre y muy dicharachero, siempre hay bromas, chistes...", desveló.
"El Real Madrid, desde fuera, parece grande, pero una vez que estás dentro te das cuenta de que es más grande aún, de la repercusión que tiene en todos los ámbitos. Cualquier pequeña noticia tiene eco en todo el mundo, creo que es un fenómeno social a estudiar", expresó.
Personalmente, reconoce que fichar por el equipo blanco es una oportunidad que no podía dejar escapar: "Siempre es un objetivo jugar en un grande, y el Madrid es uno de los más grandes del mundo. Cuando llegó la oportunidad, era un reto que me apetecía probar, con todo lo que significa el Real Madrid, y estoy disfrutando de la experiencia". Además, recalca que en su casa "se habla de fútbol bastante menos de lo que se podría pensar" y que el consejo de su padre es que "ni cuando las cosas van bien son tan buenas, ni cuando van mal son tan malas y que hay que mantener un equilibrio".
Finalmente, asegura que su vida no está sólo supeditada al fútbol y que le gusta disfrutar de otras opciones de ocio y no vive al margen de la realidad aunque, por ejemplo, problemas como la crisis no le afecten directamente. "No nos podemos quejar, obviamente. No nos toca de una manera directa, pero sí ves el número de parados, las dificultades con las líneas de crédito, y eso le toca a gente cercana. Tú no tienes esa urgencia, pero hay gente cercana que sí. No vives la crisis, pero sí la percibes", asegura.