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Viento, inversión y tecnología, argumentos de Valencia para albergar la Copa América en 2007

La American Cup Management decidirá este miércoles qué ciudad acogerá la trigésima segunda edición de la Copa América de vela de 2007 y, desde que se supo que Valencia luchaba en la última fase, la ciudad ha dado a conocer sus mejores virtudes para tratar de acoger este histórico acontecimiento deportivo.

L D (Agencias) Las excelentes condiciones climatológicas, el constante crecimiento urbanístico y de infraestructuras, la amplia y variada oferta de ocio, el interés turístico y la vanguardia tecnológica de la que hace gala Valencia son algunos de los avales que presenta la candidatura de la ciudad para desbancar a Lisboa, Marsella y Nápoles como sedes de la Copa América de Vela de 2007.
 
Además, el Gobierno ha mostrado su apoyo absoluto a la candidatura de Valencia y ha anunciado que la inversión estatal será similar a la realizada para los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla, además de implicarse con rebajas fiscales a las empresas privadas que colaboren con este gran acontecimiento. El apoyo de la Familia Real española, muy aficionada a la vela, también es incondicional y el Rey Juan Carlos ha expresado abiertamente su deseo de que Valencia acoja la Copa América.
 
En los últimos años, Valencia ha protagonizado un vertiginoso crecimiento urbanístico, principalmente en la zona de la Avenida de las Cortes Valencianas, en la salida noroeste de la ciudad, y en la Avenida de Francia, en dirección este, que se ha completado con una amplia oferta de zonas verdes y deportivas en toda la ciudad. Este desarrollo urbano ha venido emparejado con el crecimiento de las infraestructuras, que se verán ampliamente beneficiadas si se concreta la concesión a Valencia del torneo internacional de regatas más importante del mundo.
 
Las administraciones se han planteado la opción de adelantar la conclusión de la línea de Alta Velocidad Madrid-Valencia antes de la fecha límite prevista para 2010 y que impulsará a su vez el Parque Central, que conlleva el soterramiento de las vías que dividen la ciudad. La repercusión ante la posibilidad de albergar la Copa América ya se ha dejado notar en los medios de transporte urbano, ya que se ha acelerado la ampliación de las líneas del Metro en la ciudad. Igualmente, permitirá relanzar el proyecto de construcción de una segunda pista en el aeropuerto de Manises, que ya ha incrementado la oferta de destinos directos desde Valencia al recuperar el vuelo a Fráncfort.
 
La Autoridad Portuaria ha supeditado su plan de expansión a las necesidades de la Copa América, aunque ha confirmado que la magnitud del proyecto obliga a la construcción de un canal de acceso directo al mar desde la dársena interior, de unos 800 metros de largo y 80 de ancho, que permitirá a los participantes llegar a la zona de competición en apenas quince minutos. El diseño del puerto para albergar la Copa América entronca con el proyecto del balcón al mar que, desde hace unos años, ha planteado el Ayuntamiento de la ciudad para la construcción de una nueva zona de ocio y entretenimiento en la dársena interior, con restaurantes, tiendas y museos, que conformarán una amplia oferta cultural y lúdica para disfrute de los participantes y visitantes.
 
Además, Valencia es una de las ciudades españolas de mayor crecimiento turístico y uno de los principales destinos de Europa, por lo que los regatistas y visitantes podrán disfrutar de más de dos mil años de historia a través de sus calles y monumentos. La oferta hotelera de la ciudad ha crecido considerablemente en los últimos años y se espera que hasta el 2007 la infraestructura turística ofrezca más de diez mil plazas. Sin duda, los cerca de 600.000 turistas nacionales y extranjeros que puede atraer hasta Valencia la celebración de la Copa América podrán visitar uno de los mayores recintos culturales y de ocio de Europa, la Ciudad de las Artes y de las Ciencias, que se ha convertido en un emblema de la ciudad.

Las condiciones de viento son prácticamente perfectas para navegar durante todo el año, gracias a una brisa estable y fiable. En la costa valenciana sopla un viento térmico de entre 10 o 15 nudos sudeste durante gran parte del año y el invierno levantino no es tan duro como el lisboeta, mucho más sujeto a las inclemencias del Océano Atlántico. Además, la cercanía del campo de regatas a la costa permite ver la competición desde tierra, una ventaja casi única en Europa.

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