Sebastian Vettel ha vuelto al primer peldaño del podio en un gran premio marcado por las injustas y polémicas decisiones de la FIA, sobre todo por el comportamiento de los pilotos con el safety car en pista. Entre ellos Lewis Hamilton, que fue segundo, mientras que Jenson Button cruzaba la meta en tercera posición.
El piloto alemán de Red Bull no ha tenido rival en el trazado urbano de Valencia, aunque su victoria ha quedado eclipsada por un decepcionante gran premio donde los comisarios tuvieron demasiado que ver. Parecía que el podio estaba asegurado para Fernando Alonso, pues iba tercero y recortando distancia con Lewis Hamilton que en ese momento, cuando sólo habían transcurrido nueve vueltas, se encontraba segundo persiguiendo a Vettel. Pero un espectacular accidente entre Webber y el Lotus de Heikki Kovalainen cambió el rumbo del Gran Premio de Europa.
Todos los equipos ordenaron a sus pilotos entrar en el pit lane a cambiar neumáticos, unos con más suerte que otros. De nuevo la mala fortuna se alió con Alonso, que a pesar de entrar en la misma vuelta que los hombres de cabeza, Vettel y el propio Hamilton, perdió ocho posiciones y descendió de un plumazo hasta la undécima plaza, mientras que el piloto de Red Bull y el de McLaren conservaron el primero y el segundo puesto, respectivamente.
La explicación es que el safety car salió justo por delante del piloto asturiano, al no poder adelantarlo, como sí hizo Hamilton ilegalmente. Así, Alonso perdió un tiempo precioso que le dejó sin opciones. De saber cuál iba a ser la sanción que Charlie Waiting le iba imponer a Hamilton por adelantar al coche de seguridad, el ovetense debía haberse arriesgado. Es cierto que esta vez sí hubo penalización para el hombre de McLaren, pues la FIA le sancionó con un drive through. Nos gustaría pensar que la penalización estuvo ajustada a la maniobra de Hamilton, pero el hecho es que no lo estuvo. El piloto inglés entró segundo en el pit lane para cumplir su sanción y salió en la misma posición.
Distinta hubiese sido la película si Hamilton no hubiera adelantado al safety car porque, debido a que el inglés tenía que cambiar el morro de su coche, Alonso le hubiera adelantado en la parada. Por todo ello la sanción fue escasa, ya que Hamilton sacó más benefició de la ilegal maniobra que tiempo perdió en el cumplimiento de la penalización. Pero no fue la única decisión dudosa de los comisarios. Pasada casi media hora de que el coche de seguridad hubiera abandonado la pista, la Fia emite un comunicado informando la apertura de una investigación después de carrera a nueve monoplazas por incidentes durante la presencia del safety car.
Lo que no puede permitirse es que un equipo, en este caso Ferrari, que cumple con la normativa de la FIA en pista, sea el equipo perjudicado y termine por detrás de los infractores, mientras que los comisarios esperan al final del gran premio a ver qué hacen con ellos. ¿A qué están en esperando en la FIA, a ver en qué posición queda Alonso para hacer encaje de bolillos y que no afecte demasiado la sanción a Lewis Hamilton?
Después de todo lo ocurrido, la carrera estaba perdida por completo. Aunque Alonso apuró al máximo la mecánica de su Ferrari y consiguió remontar hasta la octava posición, las características urbanas del circuito le condenaron a luchar con los pilotos de atrás, e incluso el japonés Kobayashi le robó la cartera al asturiano en la última vuelta. El japonés calzaba neumáticos nuevos y superó sin problemas no sólo al asturiano, sino también a un Sebastian Buemi que marchaba séptimo. En definitiva, una carrera para olvidar y de la que Fernando Alonso sale mal herido, ya que desciende en la general hasta la quinta posición a más de 30 puntos del líder, que sigue siendo Lewis Hamilton. En fin, vergonzoso.
En cuanto al resto de españoles, Pedro Martínez de la Rosa acabó en décima posición, entrando en la zona de puntos, mientras que Jaime Alguersuari fue decimoquinto.