L D (EFE) Valverde, la perla del ciclismo español a sus 25 años y subcampeón del mundo en 2003, ha alcanzado la gloria en la primera llegada en alto del Tour 2005 y se ha convertido en el sucesor del italiano Pantani, quien dejó un recuerdo imborrable con el último de sus ocho triunfos en la carrera francesa en este mismo escenario.
Le ha ganado el pulso cara a cara al todopoderoso Armstrong, que le disputó el esprint cuando ambos llegaron a la recta de llegada junto a Francisco Mancebo, que ha sido cuarto, y el danés Rasmussen, tercero. Esperó a que arrancara y luego le superó con claridad, invirtiendo en los 181 kilómetros de viaje desde Brignoud, donde se tomó la salida oficial hasta Courchevel, un tiempo de cuatro horas, 50 minutos y 35 segundos. Mientras el ciclista murciano celebraba loco de alegría el día más grande de su vida, Armstrong festejaba los efectos de una lección magistral, una más, que le indicó con letras grandes el camino triunfal hasta París. Y es que a las primeras de cambio, sacó el libro de estilo y terminó con todos sus rivales directos.
La jornada ha hecho estragos y demostró que el séxtuple ganador del Tour es el de siempre y que su equipo, el Discovery Channel, está muy bien engrasado. Erigido en productor y director de la escapada decisiva en el momento preciso, aventajó a Basso en 1:01, a Ullrich en 2:13, a Botero en 2:50, a Vinokurov, el gran derrotado, en 5:18 y a Beloki en 5:35. El descalabro fue aún mayor para otros de los que se incluían en el apartado de favoritos. Así, Heras se dejó en el puerto 9:49 y se despide del podio. Iban Mayo, el ganador del Alpe D'Huez en 2003, nada menos que 21:31. Un día para olvidar si no hubiera llegado Valverde con su sorpresa final.
La general queda encarrilada con Armstrong en su sitio natural. Rasmussen es segundo a 38 segundos y Basso tercero a 2:40. Valverde, el primer español, salta a la quinta plaza a 3:16, Mancebo es séptimo a 4 minutos, Ullrich mira al tejano a 4:02, y Vinokurov está a 6:32. Esto ha pasado el día que Armstrong se ha abierto el camino del séptimo Tour consecutivo.
La etapa, que se iniciaba a 11 kilómetros de Grenoble por una manifestación, nacía con el ataque inmediato del debutante holandés Joost Posthuma (Rabobank) y del francés Laurent Brochard (Bouygues), de 37 años y uno de los más veteranos del pelotón con once participaciones. Poco después se unió el ucraniano Yuriy Krivtsov (Ag2r). La fuga, con los españoles Iñaki Isasi (Euskaltel) y Luis León Sánchez (Liberty) y los italianos Gianluca Bortolami (Lampre) y Mauro Facci (Fassa). Las diferencias se abrían como el exuberante paisaje montañoso. En el esprint de Detrier (kilómeto 40), alcanzaron una renta máxima de 10:40. El pelotón marchaba al ritmo del Credit Agicole hasta que en las proximidades del primer puerto aparecieron los hombres de Armstrong para controlar el asunto.
Al pie del Roselend se presentaron con más de siete minutos. Bortolami e Isasi se dieron de baja en la aventura con el primer acelerón de Posthuma, mientras que en el pelotón, y ya en las primeras rampas, atacaba Valverde encendiendo la alarma en el Discovery de Armstrong. Triki Beltrán se puso entonces en cabeza para marcar el compás con todos los favoritos con las orejas tiesas. Iban Mayo se quedó a cola de pelotón en el primer asalto, rechazando a voces su condición de candidato. El alemán Voigt decía adiós a su jersey amarillo, no podía aguantar con los elegidos.
La cima del Roselend, de primera categoría, fue conquistada tras 20 kilómetros de ascenso por el veterano Brochard, campeón del mundo en San Sebastián en 1997, que pasaba junto a Posthuma, Luis León Sánchez y Krivtsov con 3:20 sobre Óscar Pereiro y Jaksche y 3:43 respecto al grupo de los favoritos. Nada más pasar por la pancarta del premio de la montaña, el francés se lanzó en descenso sin red, cogió un puñado de segundos, pero en el llano fue alcanzado por el joven murciano del Liberty, a sus 21 años dejándose ver entre la elite. A 40 kilómetros de meta se incorporaron los anteriores compañeros de la escapada, por lo que nueve corredores abrían carrera, con otros dos españoles, Isasi y Pereiro, pero el Discovery ya iba a claro ritmo de caza.
A pie del puerto, con 20 kilómetros por delante, Pereiro y Jaksche dejaron el grupo de nueve. Poco después el alemán demarró para intentarlo en solitario, pero la suerte estaba echada ante la presencia de la alta jerarquía, donde ya faltaban Heras y Beloki, amén de Mayo, que andaba perdido. A once kilómetros para la meta, y una vez finalizado el trabajo de desgaste del ucraniano Popovych, llegó el zarpazo de Armstrong. Enseguida cayeron Basso, Ullrich y de manera espectacular, Vinokurov. Valverde, Rasmussen y Mancebo aguantaron. Los españoles reciben el recado del boss de tirar "a saco" y éstos echan una mano. Todos, conformes, llegan a la hora de la verdad. Ya arriba, con el decorado preparado, arrancó Rasmussen, se le echaron encima Armstrong y Valverde. El americano trató de irse solo a 450 metros de la meta, pero el español le retó en el duelo y le batió con claridad.
Este miércoles se disputará la undécima etapa entre Courchevel y Briancon, de 173 kilómetros, la segunda etapa de montaña en los Alpes, con tres puertos de los colosos del Tour de Francia, entre ellos el Galibier, techo de la carrera con sus 2.645 metros y 17 kilómetros de ascenso al 6,9 por ciento de pendiente media, cuya cima está situada a 40 de meta. Antes, los corredores habrán de superar La Madeleine (25 kilómetros, al 6,1 por ciento) y el Telégrafo (12 kilómetros, al 6,7).
Le ha ganado el pulso cara a cara al todopoderoso Armstrong, que le disputó el esprint cuando ambos llegaron a la recta de llegada junto a Francisco Mancebo, que ha sido cuarto, y el danés Rasmussen, tercero. Esperó a que arrancara y luego le superó con claridad, invirtiendo en los 181 kilómetros de viaje desde Brignoud, donde se tomó la salida oficial hasta Courchevel, un tiempo de cuatro horas, 50 minutos y 35 segundos. Mientras el ciclista murciano celebraba loco de alegría el día más grande de su vida, Armstrong festejaba los efectos de una lección magistral, una más, que le indicó con letras grandes el camino triunfal hasta París. Y es que a las primeras de cambio, sacó el libro de estilo y terminó con todos sus rivales directos.
La jornada ha hecho estragos y demostró que el séxtuple ganador del Tour es el de siempre y que su equipo, el Discovery Channel, está muy bien engrasado. Erigido en productor y director de la escapada decisiva en el momento preciso, aventajó a Basso en 1:01, a Ullrich en 2:13, a Botero en 2:50, a Vinokurov, el gran derrotado, en 5:18 y a Beloki en 5:35. El descalabro fue aún mayor para otros de los que se incluían en el apartado de favoritos. Así, Heras se dejó en el puerto 9:49 y se despide del podio. Iban Mayo, el ganador del Alpe D'Huez en 2003, nada menos que 21:31. Un día para olvidar si no hubiera llegado Valverde con su sorpresa final.
La general queda encarrilada con Armstrong en su sitio natural. Rasmussen es segundo a 38 segundos y Basso tercero a 2:40. Valverde, el primer español, salta a la quinta plaza a 3:16, Mancebo es séptimo a 4 minutos, Ullrich mira al tejano a 4:02, y Vinokurov está a 6:32. Esto ha pasado el día que Armstrong se ha abierto el camino del séptimo Tour consecutivo.
La etapa, que se iniciaba a 11 kilómetros de Grenoble por una manifestación, nacía con el ataque inmediato del debutante holandés Joost Posthuma (Rabobank) y del francés Laurent Brochard (Bouygues), de 37 años y uno de los más veteranos del pelotón con once participaciones. Poco después se unió el ucraniano Yuriy Krivtsov (Ag2r). La fuga, con los españoles Iñaki Isasi (Euskaltel) y Luis León Sánchez (Liberty) y los italianos Gianluca Bortolami (Lampre) y Mauro Facci (Fassa). Las diferencias se abrían como el exuberante paisaje montañoso. En el esprint de Detrier (kilómeto 40), alcanzaron una renta máxima de 10:40. El pelotón marchaba al ritmo del Credit Agicole hasta que en las proximidades del primer puerto aparecieron los hombres de Armstrong para controlar el asunto.
Al pie del Roselend se presentaron con más de siete minutos. Bortolami e Isasi se dieron de baja en la aventura con el primer acelerón de Posthuma, mientras que en el pelotón, y ya en las primeras rampas, atacaba Valverde encendiendo la alarma en el Discovery de Armstrong. Triki Beltrán se puso entonces en cabeza para marcar el compás con todos los favoritos con las orejas tiesas. Iban Mayo se quedó a cola de pelotón en el primer asalto, rechazando a voces su condición de candidato. El alemán Voigt decía adiós a su jersey amarillo, no podía aguantar con los elegidos.
La cima del Roselend, de primera categoría, fue conquistada tras 20 kilómetros de ascenso por el veterano Brochard, campeón del mundo en San Sebastián en 1997, que pasaba junto a Posthuma, Luis León Sánchez y Krivtsov con 3:20 sobre Óscar Pereiro y Jaksche y 3:43 respecto al grupo de los favoritos. Nada más pasar por la pancarta del premio de la montaña, el francés se lanzó en descenso sin red, cogió un puñado de segundos, pero en el llano fue alcanzado por el joven murciano del Liberty, a sus 21 años dejándose ver entre la elite. A 40 kilómetros de meta se incorporaron los anteriores compañeros de la escapada, por lo que nueve corredores abrían carrera, con otros dos españoles, Isasi y Pereiro, pero el Discovery ya iba a claro ritmo de caza.
A pie del puerto, con 20 kilómetros por delante, Pereiro y Jaksche dejaron el grupo de nueve. Poco después el alemán demarró para intentarlo en solitario, pero la suerte estaba echada ante la presencia de la alta jerarquía, donde ya faltaban Heras y Beloki, amén de Mayo, que andaba perdido. A once kilómetros para la meta, y una vez finalizado el trabajo de desgaste del ucraniano Popovych, llegó el zarpazo de Armstrong. Enseguida cayeron Basso, Ullrich y de manera espectacular, Vinokurov. Valverde, Rasmussen y Mancebo aguantaron. Los españoles reciben el recado del boss de tirar "a saco" y éstos echan una mano. Todos, conformes, llegan a la hora de la verdad. Ya arriba, con el decorado preparado, arrancó Rasmussen, se le echaron encima Armstrong y Valverde. El americano trató de irse solo a 450 metros de la meta, pero el español le retó en el duelo y le batió con claridad.
Este miércoles se disputará la undécima etapa entre Courchevel y Briancon, de 173 kilómetros, la segunda etapa de montaña en los Alpes, con tres puertos de los colosos del Tour de Francia, entre ellos el Galibier, techo de la carrera con sus 2.645 metros y 17 kilómetros de ascenso al 6,9 por ciento de pendiente media, cuya cima está situada a 40 de meta. Antes, los corredores habrán de superar La Madeleine (25 kilómetros, al 6,1 por ciento) y el Telégrafo (12 kilómetros, al 6,7).