L D (EFE) Valverde apareció en el último instante cuando parecía que el kazako Alexandre Vinokourov se iba a llevar la etapa. Con un esprint demoledor doblegó a todos sus rivales, demostrando que puede ser el candidato número uno al triunfo final, con permiso de la perla eslovena Brajkovic, que ha salvado una trascendente jornada.
El vencedor de la Lieja-Bastoña-Lieja y de la Flecha Valona no cosechó diferencias importantes, aunque destaca el pellizco de 20 segundos de la bonificación. Más valor ha tenido el golpe moral ante sus rivales, que han comprobado su buena puesta a punto. Brajkovic, campeón del mundo sub'23 de contrarreloj en 2004, aventaja a Valverde en la general en cinco segundos y en diez a Sastre, segundo y tercero respectivamente. Gómez Marchante, cuarto, está a 22 y en la pelea, con el kazako Kashechkin (Astaná) sólo un segundo detrás, cerrando el quinteto de aspirantes.
La historia de la etapa hasta el inicio del ascenso a El Morredero la escribieron el suizo Loosli (Lampre), el belga Scheirlinckx (Cofidis) y el campeón de Hungría Laszlo Bodrogi (Credit), con una escapada autorizada por el gran pelotón hasta la entrada en escena de los elegidos de la carrera. El trío alcanzó una renta cercana a los trece minutos en el kilómetro 101, momento en que tuvieron que intervenir los hombres del Saunier Duval, Euskaltel e Illes Balears, ya que el Liquigas no se dejaba precisamente la piel en las labores de caza. Las diferencias se fueron recortando hasta el inicio de los 18 kilómetros de ascenso a El Morredero, que esperaba con su pelado paisaje y sus rampas de hasta el quince por ciento y una media del 6 por ciento. El único que aguanto el tirón fue Loosli, pero el helvético cedió a dos kilómetros del final, cuando la gresca ya estaba organizada entre los grandes.
El Illes Balears llevó cómodo a Valverde hasta la pancarta de 10 kilómetros para el final, pero los ataques exigieron esfuerzo sin reserva. Luis Pérez (Cofidis) seleccionó el grupo con un fuerte demarraje y el propio Valverde lo intentó en dos ocasiones, pero sus rivales estuvieron atentos. A falta de 3 kilómetros se mostró Iban Mayo, en su terreno ideal, pero sin suerte alguna. Luego Vinokourov, con ganas de olvidar las penas de la temporada, se fue con el propio Brajkovic, haciendo pasar apuros a Valverde. El kazako se disparó a un kilómetro de meta, en uno de sus clásicos ataques, generalmente productivos, pero el rubio del Astaná no contaba con la dura factura de las últimas y definitivas rampas de El Morredero.
Valverde, al ver la debilidad de Vino lanzó el latigazo definitivo, imparable e inalcanzable. Sastre intentó pegarse a su rueda, pero sin estorbar la celebración de corredor llamado a levantar a la afición española en las horas de siesta. En su cuarta participación ha logrado su cuarta victoria en la Vuelta, en la misma cima que estrenó Roberto Heras en 1997.
La octava etapa de la Vuelta a España, de 181 kilómetros entre Ponferrada y Lugo, ofrecerá otro respiro al pelotón antes de enfrentarse a la etapa reina. Así, los favoritos guardarán fuerzas y los esprinters buscará la gloria en la capital lucense. Por cierto, la carrera llega a Galicia después de once años de ausencia.