L D (EFE) El suizo del Quick Step-Davitamon fue el primero en atravesar la última línea de meta, ubicada en la Avenida de la Paz de la capital burgalesa, con un tiempo de tres horas, 54 minutos y 16 segundos, y un promedio de 44,565 kilómetros por hora. Como en las etapas anteriores, fueron muchos los intentos de montar una escapa con las garantías suficientes como para romper la tradición, que dice que la última etapa de la ronda burgalesa siempre termina disputándose con un sprint masivo.
Quienes primero lo intentaron nada más darse la salida en Miranda de Ebro fueron los hombres del Cafes Baqué, Saunier Duval, Euskaltel Euskadi, Vini Caldirola, los del Illes Balears-Banesto, y un habitual en estos primeros compases de etapa, como es el italiano del LPR-Piacenza, Elio Aiano. Los ataques de unos y otros fueron constantes hasta el kilómetro 39 de etapa, Meta Volante de Frías, en la que puntuaron Alexandre Moos (Phonak), Martínez Trinidad (Relax) y el burgalés Angel Castresana (Mr Bookmaker.com), que intentó probar suerte en solitario (km.42) cuando el pelotón absorbió a un grupo de cuatro en el que viajaban Martín Perdiguero, Zaballa, Alexandre Moos y Laiseca.
Moisés Dueñas, Pecharromán y Chente García Acosta puntuaron en la Meta Volante de Briviesca (km.77,5) ya que viajaban en ese grupo de seis corredores, entre los que estaban Joseba Albizu, Bayarri y Casero, que en esos momentos eran cabeza de carrera y sacaban al gran grupo dos minutos de diferencia. Igual paso se registró en la Meta Volante de Pradoluengo (Km.122) en la que este grupo de seis corredores tuvieron una diferencia máxima de 3:20 segundos, con respecto al pelotón que terminó con las aspiraciones de estos seis hombres en los últimos kilómetros de etapa.
Fue a la altura de la localidad de Castrillo del Val, situada a doce kilómetros de la meta, cuando Moises Dueñas rompió la unidad de grupo de seis, abriendo una diferencia de 38 segundos a sus cinco compañeros de fuga, entre los que se encontraba un Chente García Acosta que saltó a por el corredor del Relax-Bodysol, con el que hizo varios kilómetros en solitario. Finalmente, y como era de esperar, el pelotón absorbió a los dos escapados antes de atravesar la pancarta del último kilómetro y aceleró el ritmo, ya en la Avenida de la Paz, para que los especialistas de la velocidad se colocaran y entraran a disputar, en un sprint masivo, la cuarta y última etapa de la vuelta.
Quienes primero lo intentaron nada más darse la salida en Miranda de Ebro fueron los hombres del Cafes Baqué, Saunier Duval, Euskaltel Euskadi, Vini Caldirola, los del Illes Balears-Banesto, y un habitual en estos primeros compases de etapa, como es el italiano del LPR-Piacenza, Elio Aiano. Los ataques de unos y otros fueron constantes hasta el kilómetro 39 de etapa, Meta Volante de Frías, en la que puntuaron Alexandre Moos (Phonak), Martínez Trinidad (Relax) y el burgalés Angel Castresana (Mr Bookmaker.com), que intentó probar suerte en solitario (km.42) cuando el pelotón absorbió a un grupo de cuatro en el que viajaban Martín Perdiguero, Zaballa, Alexandre Moos y Laiseca.
Moisés Dueñas, Pecharromán y Chente García Acosta puntuaron en la Meta Volante de Briviesca (km.77,5) ya que viajaban en ese grupo de seis corredores, entre los que estaban Joseba Albizu, Bayarri y Casero, que en esos momentos eran cabeza de carrera y sacaban al gran grupo dos minutos de diferencia. Igual paso se registró en la Meta Volante de Pradoluengo (Km.122) en la que este grupo de seis corredores tuvieron una diferencia máxima de 3:20 segundos, con respecto al pelotón que terminó con las aspiraciones de estos seis hombres en los últimos kilómetros de etapa.
Fue a la altura de la localidad de Castrillo del Val, situada a doce kilómetros de la meta, cuando Moises Dueñas rompió la unidad de grupo de seis, abriendo una diferencia de 38 segundos a sus cinco compañeros de fuga, entre los que se encontraba un Chente García Acosta que saltó a por el corredor del Relax-Bodysol, con el que hizo varios kilómetros en solitario. Finalmente, y como era de esperar, el pelotón absorbió a los dos escapados antes de atravesar la pancarta del último kilómetro y aceleró el ritmo, ya en la Avenida de la Paz, para que los especialistas de la velocidad se colocaran y entraran a disputar, en un sprint masivo, la cuarta y última etapa de la vuelta.