El equipo que dirige Aíto García Reneses comenzó planteando un partido físico con presión sobre el base estudiantil, Albert Oliver. Pero los de Luis Casimiro supieron reponerse a esos primeros instantes del partido en los que Taquan Dean anotó las dos primeras canastas para un Unicaja cuyo rendimiento fue irregular a lo largo de todo el encuentro. A partir de ahí, los andaluces volvieron a demostrar las carencias de toda la temporada y el ataque de los colegiales estuvo por encima de su defensa.
Unicaja solo supo contrarrestar la intensidad del Estudiantes con lanzamientos lejanos, pero no supieron leer la defensa planteada por Casimiro. Además, los nervios cundieron en los malagueños que abusaron de los triples, línea desde la que estuvieron desacertados, propiciado por la brillante defensa de los hombres interiores de Estudiantes, que no permitieron el juego andaluz debajo de la canasta. Solo Robert Archivald pudo contrarrestar a los pívots colegiales.
Fue en este periodo cuando los de Casimiro se marcharon en el marcador de la mano de los acertados Carlos Suárez y Germán Gabriel, que ante su ex equipo se convirtió en el dominador de la zona. Shammond Williams y Omar Cook no supieron encontrar el ritmo del partido y Unicaja se perdió frente a la acertada defensa de los colegiales, que no permitieron canastas fáciles. Tras el desacertado primer tiempo, Unicaja subió la intensidad tras el descanso gracias a la defensa efectuada por Carlos Jiménez y Welsch. Estudiantes ya no encontraba el camino de la canasta contraria tan fácilmente y empezaron a llegar los lanzamientos precipitados.
Los andaluces, gracias a los contraataques lanzados por Williams consiguieron acercarse a tres puntos en el marcador. Lejos de asustarse, el Estudiantes plantó cara a los malagueños pero las pérdidas de balones les condenaron y Unicaja, con un inspirado Berni Rodríguez consiguió mantener un parcial que acabó cinco puntos por debajo antes del último cuarto. El partido se hizo largo para los del Ramiro de Maeztu, que poco a poco fueron perdiendo fuerzas en favor de los de Aíto, que consiguieron empatar el encuentro a ocho minutos para el final del encuentro (55-55). Fue entonces cuando Berni Rodríguez encadenó dos triples que dejaron Unicaja por delante del marcador (60-65).
A partir de ahí, el partido se volvió bronco y Unicaja se aprovechó de su mayor experiencia en estos partidos para llevarse un encuentro que tuvo en sus manos Blake Ahearn, que perdió un balón decisivo en el último ataque colegial.