(Libertad Digital) Los aficionados, que se concentraron ante el escenario desde el que han hablado los jugadores, no han cesado de corear al unísono gritos de "campeones, campeones, oé, oé, oé", "España, España" ó "Pepu es cojonudo (sic), como Pepu no hay ninguno". Portando numerosas banderas de España y vestidos con camisetas de la selección española, los aficionados esperaron impacientes la anhelada llegada de sus ídolos, que se produjo a eso de las 00:45 de la noche.
La locura se desató a la llegada del equipo a la madrileña Plaza de Castilla en un autobús sin cubierta, desde donde lanzaron camisetas, caramelos y otros regalos ante el delirio de los más de 100.000 aficionados congregados en su honor.
Bajo un gran cartel que rezaba ¡¡Gracias Campeones!!, los campeones del mundo desfilaron uno por uno y fueron vitoreados por la enfervorecida masa. Llegaron entonces los cánticos de los jugadores, que además agradecieron su presencia a los allí congregados. Uno de los más aplaudidos fue Pepu Hernández, el técnico del gran logro. Los jugadores interrupieron sus palabras y se arrodillaron para loarlo.
Bajo un gran cartel que rezaba ¡¡Gracias Campeones!!, los campeones del mundo desfilaron uno por uno y fueron vitoreados por la enfervorecida masa. Llegaron entonces los cánticos de los jugadores, que además agradecieron su presencia a los allí congregados. Uno de los más aplaudidos fue Pepu Hernández, el técnico del gran logro. Los jugadores interrupieron sus palabras y se arrodillaron para loarlo.
El mensaje de todos los internacionales fue hacer partícipes de esta medalla a todos los aficionados. El primero en hablar fue el capitán del equipo, Carlos Jiménez, quien destacó que “ninguno nos podíamos imaginar este recibimiento y queremos dedicaros este gran triunfo. Esperamos estar otro año aquí”.
La gran estrella del equipo, Pau Gasol, fue recibido al grito de sus compañeros de “MVP” -fue galardonado con el premio al mejor jugador del mundial-. Todavía arrastra la lesión que le impidió jugar la final y la afición le agasajó con una sonora y cariñosa ovación. "Es un auténtico placer el poder gozar de esta noche con vosotros. Hemos tenido un largo viaje, la lesión, todo el trabajo que hemos puesto ha merecido la pena", confesaba. El pívot estrella de España quiso hacer partícipe también a todos los aficionados: “Espero que estéis identificados con ella -la medalla- porque también es vuestra”, a la vez que agradecía a todos “por el cariño y el calor”.
El base titular de España, José Manuel Calderón, calificaba como “un día histórico e importante” el domingo pasado, cuando la selección nacional se hizo con la medalla de oro en Japón. El jugador de los Raptors de Toronto señaló que la medalla era “un trozo” de toda la afición. “Esto también es vuestro”, apuntaba el jugador del Barcelona y de España Juan Carlos Navarro.
Jorge Garbajosa, el último en dirigirse al público, dijo que tampoco se esperaba el recimiento. "Cuando nos decían la cantidad de gente que estaba con nosotros, no podíamos imaginar lo maravillosos que sois. Esto es vuestro", declaraba el madrileño nacido en Torrejón de Ardoz. Berni Rodríguez y Carlos Cabezas pusieron la nota divertida con una canción que los jugadores españoles cantaban en el vestuario, igual que Felipe Reyes, Alex Mumbrú y Marc Gasol.
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, no estuvo con la selección ganadora del oro como era esperado. Manuel Cobo, el vicealcalde de Madrid, disculpó la ausencia del alcalde por el incendio de una de las torres que se están construyendo sobre los terrenos donde antes se encontraba la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid. Tras el homenaje de los aficionados, los jugadores volvieron a subirse al autobús y se desplazaron a un conocido restaurante de la capital para disfrutar de una merecida cena.