Un golazo de Angulo frena al Zaragoza y permite al Valencia seguir su recuperación (0-1)

(Libertad Digital) El Zaragoza no pudo evitar el tapón que Albelda y Baraja formaron en el centro del campo. Celades y Zapater se atascaron y poco respiró el Zaragoza arriba, que se estrelló también con la excelente defensa valencianista y con Butelle, que poco tuvo trabajo pero respondió bien. El balón era maño, pero las ocasiones no llegaron con mucha claridad.

 

Aimar, consciente de la inexperiencia de Butelle, probó fortuna con una falta directa que el portero despejó como pudo. Fue quizás la ocasión más clara, ya que las otras dos del primer tiempo, otra de Aimar y una de Diego Milito, las desbarató sin problemas el portero. A todo esto, el Valencia esperó en su campo y probó a lanzar contragolpes que se fueron estrellando en la zaga maña. Sergio, un gran central que poco tiene que tardar en dar el salto a uno más grande, se encargó de placar sucesivamente a Villa, Silva y Angulo.

 

Visto que el partido se estaba convirtiendo en un ir y venir de ningún sitio a otro, Angulo se decidió a romper el hielo con un soberbio misil ante el que nada pudo hacer César, algo adelantado. El golpe llegó justo antes del descanso y desordenó los papeles de Víctor Fernández, que vio cómo su equipo se embarulló todavía más en la segunda parte.

 

El Zaragoza siguió teniendo el balón, pero no sabía qué hacer con él. Apenas tuvo trabajo el portero del Valencia, salvo estar atento por si se les escapaba alguna dentro del área a sus escoltas. Ni la entrada de Lafita y Ewerthon, y la posterior de Óscar, salvaron el gris juego de los locales. El Valencia tampoco quiso más. Morientes y Joaquín, que salieron en la segunda parte, daban sensación de peligro cada vez que cogían el balón, pero César estuvo atento cuando la situación lo requirió. Fueron cuarenta y cinco minutos que ambos equipos aprovecharon para darse patadas y cortar el juego del rival cada dos por tres. Y en este juego, el Valencia tiene muchas más tablas que el Zaragoza, mucho más amigo de la pelota y de darle un buen trato.