L D (EFE) "Sí, lógicamente, ese es mi objetivo", ha dicho Ullrich en su presentación oficial como corredor del Telekom a la pregunta de si aspira a conseguir, por fin, un segundo título en el Tour, arropado por un equipo poderoso. Cabe recordar que el corredor de 29 años quedaba fuera del Telekom la temporada pasada tras una racha de mala suerte deportiva y personal.
Tras un tira y afloja, ha vuelto a fichar por ese club por tres temporadas, "rehabilitado" con su fenomenal regreso a la competición en el Tour 2002. El ciclista se convirtió en 1997 en el primer y hasta ahora único alemán vencedor en un Tour, pero hasta ahora no ha conseguido repetir la proeza, por diversas circunstancias. Mientras Armstrong se ha apuntado cinco Tours consecutivos, Ullrich, su amigo y rival, ha quedado en cinco ocasiones segundo -en 1996, 1998, 2000, 2001 y 2003.
La temporada 2002 fue la peor de su vida, ya que estuvo prácticamente apartado de competición por sucesivas lesiones y no pudo participar en el Tour. A su frustración deportiva y personal siguió el escándalo por dar positivo de anfetaminas, durante unos entrenamientos, lo que derivó en una suspensión por dopaje. El ciclista alegó entonces que había tomado esas substancias en una discoteca, para evadirse de la depresión por su alejamiento de la competición y repetidas lesiones. Pese a estas explicaciones, el as alemán fue suspendido por seis meses por dopaje, lo que precipitó su adiós del Telekom.
Empezó entonces su peregrinaje en busca de un nuevo equipo -que resultó ser Bianchi- para poder correr en el Tour 2003. Ullrich no sólo consiguió estar de nuevo en la ronda francesa, sino que además demostró haber superado el bajón psicológico y deportivo, lo que le rehabilitó totalmente ante su afición. Desde entonces empezó la operación regreso a Telekom y las negociaciones más o menos secretas.
Uno de los obstáculos a limar es la profunda enemistad entre el asesor personal de Ullrich, Rudi Pevenage, y el director del equipo, Walter Godefroot, agravada tras la rescisión del contrato. Para muchos aficionados, el adiós de Telekom a su ciclista fue una especie de "traición" a un ídolo caído en desgracia, que aparentemente había dejado de ser un buen reclamo para los intereses publicitarios del patrocinador del equipo.
Según ha explicado el ciclista, se está aún buscando la fórmula para concretar cuál será el cometido de Pevenage en su preparación. Lo que está claro es que, tanto a Telekom -ahora T-Mobile- como a él les interesa sacar el máximo rendimiento de su nueva colaboración, para lo que conviene a todos "mirar al futuro" -en palabras del René Obermann, gerente de T-Mobile- y superar las diferencias pasadas.
Tras un tira y afloja, ha vuelto a fichar por ese club por tres temporadas, "rehabilitado" con su fenomenal regreso a la competición en el Tour 2002. El ciclista se convirtió en 1997 en el primer y hasta ahora único alemán vencedor en un Tour, pero hasta ahora no ha conseguido repetir la proeza, por diversas circunstancias. Mientras Armstrong se ha apuntado cinco Tours consecutivos, Ullrich, su amigo y rival, ha quedado en cinco ocasiones segundo -en 1996, 1998, 2000, 2001 y 2003.
La temporada 2002 fue la peor de su vida, ya que estuvo prácticamente apartado de competición por sucesivas lesiones y no pudo participar en el Tour. A su frustración deportiva y personal siguió el escándalo por dar positivo de anfetaminas, durante unos entrenamientos, lo que derivó en una suspensión por dopaje. El ciclista alegó entonces que había tomado esas substancias en una discoteca, para evadirse de la depresión por su alejamiento de la competición y repetidas lesiones. Pese a estas explicaciones, el as alemán fue suspendido por seis meses por dopaje, lo que precipitó su adiós del Telekom.
Empezó entonces su peregrinaje en busca de un nuevo equipo -que resultó ser Bianchi- para poder correr en el Tour 2003. Ullrich no sólo consiguió estar de nuevo en la ronda francesa, sino que además demostró haber superado el bajón psicológico y deportivo, lo que le rehabilitó totalmente ante su afición. Desde entonces empezó la operación regreso a Telekom y las negociaciones más o menos secretas.
Uno de los obstáculos a limar es la profunda enemistad entre el asesor personal de Ullrich, Rudi Pevenage, y el director del equipo, Walter Godefroot, agravada tras la rescisión del contrato. Para muchos aficionados, el adiós de Telekom a su ciclista fue una especie de "traición" a un ídolo caído en desgracia, que aparentemente había dejado de ser un buen reclamo para los intereses publicitarios del patrocinador del equipo.
Según ha explicado el ciclista, se está aún buscando la fórmula para concretar cuál será el cometido de Pevenage en su preparación. Lo que está claro es que, tanto a Telekom -ahora T-Mobile- como a él les interesa sacar el máximo rendimiento de su nueva colaboración, para lo que conviene a todos "mirar al futuro" -en palabras del René Obermann, gerente de T-Mobile- y superar las diferencias pasadas.