L D (EFE) Boonen se encuentra en un gran momento forma, con un comienzo fulgurante de temporada que refrendó el pasado domingo al imponerse en otra de las grandes clásicas del calendario, la Vuelta a Flandes. Toda una hazaña al ganarla por segundo año consecutivo, algo que espera hacer en la París-Roubaix, en la que también defiende el título.
Junto a Boonen, la lista de candidatos a ocupar los primeros puestos del podio final es amplia, con los italianos Alessandro Petacchi y Paolo Bettini, el estadounidense George Hincapie, el alemán Erik Zabel, el noruego Thor Hushovd -ganador hace un par de días de la Gante-Wevelgem- y el español Juan Antonio Flecha- que, por resultados, ha dejado claro que es uno de los grandes clasicómanos , pues fue tercero en la pasada edición y tan sólo se vio superado por Boonen e Hincapie.
El trazado de la prestigiosa clásica, que cumple ya 104 ediciones, apenas registra variaciones y la principal novedad es la recuperación del muro de Arenberg, ausente los últimos años por motivos de seguridad y reformas en las carreteras cercanas. Serán dos etapas en una. La primera parte, más llevadera, ideal para los aventureros; mientras que el infierno llega a partir del kilómetro 100, con el primer contacto con los adoquines, como otros años restaurados y limpiados por estudiantes voluntarios.
Es uno de los repechos más largos de los 27 que jalonan el trazado de la mítica París-Roubaix. Se trata del muro de Troivilles, de poco más de dos kilómetros. Será una especie de aperitivo para los aspirantes al podio, aunque, generalmente la clave suele estar en el kilómetro 155, con la ascensión al Wallers, a pocos kilómetros de Arenberg, donde seguramente se hará la selección definitiva. La parte final de la carrera es un continuo subir y bajar, con repechos cortos, pero donde el "pavé" les obliga a los corredores a dejar las carreteras, generalmente cerradas y en el mejor de los casos abiertas a maquinaria agrícola, para seguir la marcha por el arcén y llegar en las mejores condiciones al velódromo de Roubaix.
Los principales tramos de pavés de los 29 previstos son Troivilles (km. 99), 2,2 kms de ascensión; Saint Python (km. 112), 1,5 de subida; Arenberg (km. 163), 2,4 kms; Warlaing Brillon (km. 184), 2,4 kms; Meringies (km. 216), un kilómetro; Bourghelles (km. 234), un kilómetro; y Arbre (km. 242), dos kilómetros de ascensión.
Junto a Boonen, la lista de candidatos a ocupar los primeros puestos del podio final es amplia, con los italianos Alessandro Petacchi y Paolo Bettini, el estadounidense George Hincapie, el alemán Erik Zabel, el noruego Thor Hushovd -ganador hace un par de días de la Gante-Wevelgem- y el español Juan Antonio Flecha- que, por resultados, ha dejado claro que es uno de los grandes clasicómanos , pues fue tercero en la pasada edición y tan sólo se vio superado por Boonen e Hincapie.
El trazado de la prestigiosa clásica, que cumple ya 104 ediciones, apenas registra variaciones y la principal novedad es la recuperación del muro de Arenberg, ausente los últimos años por motivos de seguridad y reformas en las carreteras cercanas. Serán dos etapas en una. La primera parte, más llevadera, ideal para los aventureros; mientras que el infierno llega a partir del kilómetro 100, con el primer contacto con los adoquines, como otros años restaurados y limpiados por estudiantes voluntarios.
Es uno de los repechos más largos de los 27 que jalonan el trazado de la mítica París-Roubaix. Se trata del muro de Troivilles, de poco más de dos kilómetros. Será una especie de aperitivo para los aspirantes al podio, aunque, generalmente la clave suele estar en el kilómetro 155, con la ascensión al Wallers, a pocos kilómetros de Arenberg, donde seguramente se hará la selección definitiva. La parte final de la carrera es un continuo subir y bajar, con repechos cortos, pero donde el "pavé" les obliga a los corredores a dejar las carreteras, generalmente cerradas y en el mejor de los casos abiertas a maquinaria agrícola, para seguir la marcha por el arcén y llegar en las mejores condiciones al velódromo de Roubaix.
Los principales tramos de pavés de los 29 previstos son Troivilles (km. 99), 2,2 kms de ascensión; Saint Python (km. 112), 1,5 de subida; Arenberg (km. 163), 2,4 kms; Warlaing Brillon (km. 184), 2,4 kms; Meringies (km. 216), un kilómetro; Bourghelles (km. 234), un kilómetro; y Arbre (km. 242), dos kilómetros de ascensión.