Novak Djokovic no tiene asegurada su presencia en el Abierto de Australia a pesar de la sentencia del juez Anthony Kelly por la que el serbio recuperó su visado y la libertad.
A expensas de lo que decida el ministro de Inmigración Alex Hawke (cuya decisión no se espera antes del 12 de enero), las autoridades australianas investigan la documentación presentada por el tenista serbio a la hora de entrar en su país.
Por un lado está la posible mentira a la hora de hacer la declaración de aduanas, asegurando que no había viajado a ningún país dos semanas antes de su llegada a Australia desde España, por el otro se tienen sospechas con el QR del informe de su positivo por covid-19. Según han adelantado Der Spiegel como el periodista del New York Times Ben Rothenberg, al escanear el QR del informe en un primer momento llevaba a un resultado negativo. Sin embargo en las últimas horas, por arte de magia, ese resultado ha cambiado y ahora aparece un resultado positivo.
Hay que recordar que Djokovic asegura que dio positivo en una PCR realizada el 16 de diciembre y así lo aseguraba el informe, gracias al cual tendría derecho a una exención médica que le permitiría entrar en Australia. Un posible positivo que le ha acarreado al serbio infinidad de críticas con razón, ya que solo un día después, el 17 de diciembre en la web de la federación de tenis de serbia figura una información sobre la participación del tenista en una entrega de premios a niños. La información está acompañada de fotografías en las que Djokovic aparece sonriente junto a los premiados sin mascarilla, imágenes publicadas también en la cuenta de Facebook de la federación. Un comportamiento, acudir a actos públicos con niños sabiendo que eres positivo por coronavirus, lamentable.
Ahora parece que ese comportamiento comienza a tener sentido. Ese positivo por coronavirus del día 16 de diciembre huele a humo. La PCR está bajo sospecha y la QR que entregó Djokovic en la aduana así lo atestigua. Pasó de arrojar un resultado negativo a positivo en cuestión de horas. ¿Se lo inventaron sus abogados para conseguir la excepción médica y así poder jugar el Abierto de Australia?