Pablo Carreño, derrotado este miércoles en cuartos de final de Roland Garros por el serbio Novak Djokovic, acusa al número uno del mundo de recurrir a su artimaña de llamar a las asistencias médicas cuando se le complica un partido. "Cada vez que está en aprietos suele hacerlo, y eso quiere decir que le he puesto en aprietos, que no estaba cómodo, que he conseguido tener un nivel alto y que tuviera dudas", decía el asturiano, número 18 del ranking, tras caer por 4-6, 6-2, 6-3 y 6-4.
"Cada vez que se le complica el partido pide asistencia, no sé si es algo crónico en el hombro o sólo mental. Pero no me ha descentrado, sabía que pasaría. Pasó en el Abierto de Estados Unidos y ha pasado aquí. Y seguirá pasando", comenta el gijonés.
Carreño hace un "balance muy bueno" del torneo y de los últimos meses, cuando jugó en Estados Unidos su segunda semifinal de un grande. "Mi nivel ha subido, vuelvo a tener el respeto de los jugadores, me ven otra vez peligroso. Cuando juego a mi mejor nivel demuestro que puedo pelear con cualquiera. Es una dinámica positiva, que está acompañada de resultados", asegura.
Carreño aseguró que el duelo contra Djokovic no le quedó "grande" y recuerda que tuvo ocasiones de rotura del saque de su rival en todos los sets.
El asturiano asegura que siente que ha recuperado el nivel que tenía hace dos años, cuando las lesiones le hicieron caer en el ranking, pero que ahora se siente mejor jugador. "Este año he tenido mucho tiempo para entrenar, física, mental y tenísticamente. He trabajado a conciencia, el salto de calidad ha sido grande. Estamos por muy buen camino", comenta el tenista gijonés, de 29 años.