Naomi Osaka venció a Victoria Azarenka en la final femenina del US Open por tres sets: 1-6, 6-3 y 6-3.
La bielorrusa volvía a una final de Grand Slam siete años después hacerlo por última vez , haber sido madre y haber meditado incluso la retirada. Llegó a tener un set de ventaja ante la tenista nipona, pero Osaka se impuso llevándose su tercer US Open con tan solo 22 años de edad.
La jugadora de Minsk demostró desde el principio que si quería la japonesa vencer debería de sudar y mucho. De hecho cabe destacar que Azarenka llegaba a la final tras once victorias sin fallo. Era un duelo que no pudo realizarse en Cincinnati por los problemas físicos de Osaka y que la obligaron a jugar incluso vendada.
Consiguió, a pesar de ello, darle la vuelta a un partido con un resultado tan adverso que habría que volver a 1994 cuando lo hizo la española Arantxa Sánchez Vicario ante Steffi Graff para ver un duelo en el que se diera la vuelta a un marcador tan adverso. Cambió Osaka la actitud y obtuvo siete de los ocho juegos siguientes, consiguiendo poner nerviosa a una Azarenka que parecía tenerlo todo de cara.
Siguió venciendo juegos la nipona hasta ponerse en el tercer set con un 4-1 y no dejó escapar el partido, a pesar de que la bielorrusa consiguió el empate a cuatro juegos. De esta manera ase aupará este lunes Osaka hasta la tercera posición del ranking WTA, y a sus 22 años podría volver a ser la número uno.