La española Garbiñe Muguruza tropezó en la final del Abierto de Australia ante la joven estadounidense Sofia Kenin por 4-6, 6-2 y 6-2, en un partido que superó ligeramente las dos horas de duración.
Tampoco pudo Muguruza poner fin a la maldición de las españolas en Australia, competición que nunca contó con una campeona de España, y se unió a los mejores resultados hasta la fecha cosechados en Melbourne de su entrenadora Conchita Martínez, finalista en 1998, y Arantxa Sánchez Vicario, quien se quedó a las puertas en 1994 y 1995.
Respecto al partido, Muguruza se apuntó el primer parcial tras ejecutar un contra-break en el último suspiro del set para sellar un inicial 6-4.
La reacción de la debutante en final de Grand Slam fue inmediata y sorprendió a Muguruza con un rotundo 6-2 tras robar dos servicios a la española.
En el asalto definitivo, Muguruza perdonó un 0-40 con el 2-2 en el marcador, situación que permitió a Kenin coger la confianza suficiente para romper en su siguiente oportunidad y sentenciar por un 6-2 que culminó con un tenis exquisito.
También desaprovechó la española la oportunidad de consagrarse como la tercera tenista en alcanzar sus primeros tres títulos major en superficies diferentes.