Superlativo. Superhéroe. Extraterrestre. Fenómeno. Genio. Maestro. Líder. Referente. Jerarca. Dominador. Jefe. Dirigente. Gerifalte. Gurú. Rey. Presidente. Comandante. General. Leyenda. Número 1. ¿Saben de qué dos palabras son sinónimos todas las anteriores? Es fácil y saben la respuesta. También la saben los miles de aficionados que las corearon pasadas las 00:30 de la noche en la Caja Mágica de Madrid con el corazón en un puño y la garganta dolorida de tanto gritar. Sí, ya no demoro más el resultado. Todas esas palabras son sinónimos, por supuesto, de Nadal, Rafa Nadal.
Lo que el tenista español hizo ante Gran Bretaña en las semifinales de la Copa Davis está al alcance de muy pocos deportistas y más teniendo en cuenta que en lo que va de semana lo ha hecho varias veces. Nadal empezó la Copa Davis empatando la serie ante Rusia y solo su capitán Sergi Bruguera le convenció de no jugar el dobles porque debía descansar. Hizo bien el manacorí porque en cuartos de final frente a Argentina tuvo que doblar esfuerzos para empatar a uno la eliminatoria devorando a Diego Schwartzman por 6-1 y 6-2 y finalizar la noche ganando el dobles junto a Marcel Granollers.
El viernes Nadal lideró a España para salvar el primer cara o cruz de la Davis y solo 24 horas después, ya en semifinales y frente a Gran Bretaña, Rafa volvió a ponerse la capa en el vestuario, agarró su raqueta y con el escudo español en el pecho salió a ejercer de lo que es, el superhéroe del equipo nacional.
Los británicos, como buenos herederos de su antiguo imperio, ofrecieron la resistencia titánica de un equipo que sin Andy Murray en forma se encomendó a ganar el primer partido con Kyle Edmund y buscar la sorpresa en el dobles con una pareja consolidada como son Jamie Murray y Skupsky. Casi les sale bien porque Kyle se deshizo con facilidad de Feliciano López en el individual aprovechando la baja de Roberto Bautista y la lesión de última hora de Pablo Carreño. A partir de ahí, todo se redujo a Rafa Nadal. El número 1 del mundo despachó a Daniel Evans por 6-4 y 6-0 y como ya hizo el día anterior, pero esta vez con Feli, cogió el brazo de su compañero y lo sostuvo de pie en los momentos de máxima tensión del punto definitivo.
La Caja Mágica fue una caldera durante el dobles. El primer set estuvo lleno de taquicardias con el 7-6 final para los españoles y en el segundo directamente se llegó al infarto cuando los británicos se pusieron en ventaja en el tie break y rozaron el tercer set. A Nadal y justo en el momento más complicado se unió Feliciano que fallón durante todo el partido emergió cuando más se le necesitaba con, por ejemplo, un revés salvador que devolvió a España a la vida. Salvadas todas las bolas en contra, España se puso por delante y el propio Feliciano cerró la victoria. ¡Y vaya victoria señoras y señores!
España ya está en la gran final donde espera Canadá. Nadal, por si acaso, se fue a dormir con la capa puesta, pero no vendría nada mal ganar el primer partido para no vivir de remontadas y superhéroes. Aunque si el final es igual, poco importa, porque la fe de Nadal es la fe de España y el manacorí cree con toda su alma que la Copa Davis es española. Queda poco para saber si será así o no.
PD: Roberto Bautista, poco más de un día después de la muerte de su padre, estuvo en la pista con sus compañeros. Hay más superhéroes que Rafa Nadal.