Si tuviesen que elegir como tenistas profesionales jugar un torneo ATP 250 o representar a su país en los Juegos Olímpicos, ¿qué elegirían? Seguramente, como el 90% de los deportistas mundiales, se decantarían por los Juegos, pero Dominic Thiem no piensa lo mismo. El tenista austriaco, número 4 del mundo, confirmó en las últimas horas que salvo sorpresa le dirá "no" por segunda vez consecutiva a participar en unos Juegos Olímpicos.
La historia es muy simple. Thiem, que no acudió tampoco a Río de Janeiro 2016, tiene decidido priorizar el ATP 250 de Kitzbuhel, el más importante de su país, Austria, y dejar de lado los Juegos de Tokyo que tendrán lugar en tiempos parecidos a los del torneo austriaco. "El año que viene, mi prioridad es volver a Kitzbuhel, por encima de los Juegos Olímpicos", comentó Thiem tras ganar el título ante el español Albert Ramos.
La decisión de Thiem es sorprendente, pero la cosa no quedó ahí ya que en esas mismas declaraciones, el número 4 del ranking ATP tampoco le dio importancia al hecho de poder quedarse sin jugar también los Juegos de 2024 que tendrán lugar en París.
"Me gustaría estar en los de París 2024 sino habrá otros cuando tenga 35 años. Creo que, por lo menos, hay que experimentarlos una vez", sentenció Thiem.
Las palabras de Dominic contrastan con la actitud de grandes leyendas del tenis que siempre han reconocido que competir y ganar una medalla olímpica es igual de importante que llevarse un título de Grand Slam. Rafa Nadal, que poseen un oro olímpico piensa así, por ejemplo.
Djokovic, bronce en 2008, acabó llorando en Río tras perder ante Del Potro y
quedarse sin opciones de medalla. Quizá con actitudes así se explique que Federer, Nadal y Djokovic no tenga aún competencia ante la generación del propio Thiem.