Para ser el número 1 del mundo no sólo hay que jugar muy bien al tenis y ser un témpano de hielo en momentos decisivos. También hay que ser un estratega sobre la pista y, en ocasiones, utilizar la superficie en la que juegas como si de un tablero de ajedrez se tratase. Sólo así se puede llegar al top1 del mundo del tenis y sólo de esa forma te puedes mantener lo suficiente en esa posición para pasar de estrella de la raqueta a leyenda.
Novak Djokovic, sin duda, cumple todo lo dicho anteriormente porque tiene días en los que su tenis roza la excelencia y otros en los que su capacidad para plantear las batallas supera lo exhibido con su raqueta. Dominic Thiem llegaba a las semifinales del Mutua Madrid Open tras ganar en un auténtico partidazo a Roger Federer. El austriaco estaba lanzado y con un ritmo endiablado se dirigía hacia su tercera final en Madrid. ¿Qué hizo Nole? Bajar el ritmo del partido hasta hacerlo espeso y una vez en el barro acelerar lo justo y necesario para llevarse el gato al agua en los momentos en los que se diferencia a un campeón de un aspirante.
El doble 7-6 que logró Djokovic en la pista Manolo Santana de la Caja Mágica no engrosará su larga lista de partidazos que cualquier buen seguidor/a de tenis debe tener en su videoteca, pero sí es para estudiar en las escuelas de tenis cómo jugó con la cabeza propia y la del rival para llevarse el pase a la final. Novak fue un muro ante Thiem al que golpeó siempre en el blanco cuanto tuvo la oportunidad de hacerlo y al que frustró una vez detrás de otra en los instantes en los que el austriaco se sintió con posibilidades de ganar.
El mejor ejemplo de lo visto sobre la pista fue el balance de bolas de break conseguidas por ambos. Djokovic logró tres breaks en las tres opciones que tuvo y Thiem estuvo casi siempre en un 20% de efectividad en las mismas (3/10). Así es imposible ganar al número 1 y con esa sensación de haber sido mecido por Djokovic durante 2 horas y 22 minutos de partido, Dominic se despidió de Madrid. Nole ya está en la final y espera al ganador del Rafa Nadal-Tsitsipas.