La Caja Mágica vivió la pasada noche una despedida emocionante y merecida con y para David Ferrer, pero el recinto madrileño aún necesitaba un partido grande en la pista Manolo Santana que levantase a la afición de sus asientos y diese ese punto mágico a un lugar que lleva ese adjetivo en su propio nombre. A falta de que Rafa Nadal deje esos detalles que siempre deja en la capital de España, el protagonista de lo que se lleva de semana con permiso de Ferrer es Roger Federer.
El Mutua Madrid Open vivió en el partido entre Federer y Monfils uno de esos encuentros que crean afición y que han moldeado durante años la leyenda de Roger. El encuentro tuvo de todo. Primero se vio un set inicial incontestable del suizo con un Monfils de mero espectador. En apenas 18 minutos, Federer le había endosado un rosco, 6-0, que tenía al tenista galo totalmente adormecido. Tras una primera manga sin historia, los aficionados llegaron incluso a pitar porque a las cuatro de la tarde, en un día caluroso, con Federer delante y con la hora de la siesta provocando bostezos incontrolables, lo que se espera es un gran partido de tenis, no un paseo militar.
Tal fue la sonora petición de la grada a Monfils que el francés, siempre imprevisible, pasó de 0 a 100 en 40 minutos. En el 6-0 ni se le vio, pero nada más comenzar el segundo set, Gael se puso por delante, rompió el servicio de Roger y mandó en el marcador hasta llevarse el parcial por 4-6.
La Caja Mágica exigía un partido competido, pero no esperaba que dicha exigencia acabase con Roger Federer al borde de la eliminación. Estuvo muy cerca el tenista suizo de caer en su segundo partido ya que estuvo 1-4 por debajo en el último set, nada parecía salirle y además Monfils tuvo dos bolas de partido. Es en esos momentos en los que se ve la madera de las leyendas y Federer respondió a la presión con valentía. Sólo así se puede explicar las sendas subidas a la red que hizo con su segundo saque y con el partido a punto de caer del lado de Monfils. Roger se hizo gigante en dichas acciones, forzó el tie break y ahí defenestró a Gael. La Caja Mágica se vino abajo.
Djokovic empieza a sudar
No llegó ni mucho menos al nivel de Roger Federer, que sudó sangre, pero Djokovic no tuvo un paseo militar ante Chardy. El serbio ganó 6-1 el primer set y cuando parecía que lo tenía todo controlado, su rival se puso gallito, algo lógico siendo francés, y estuvo muy cerca de llevarse el segundo set a su casillero. Tuvo incluso bola de set para adjudicárselo. Novak se defendió con uñas y dientes, se fue al tie-break y allí se llevó el gato al agua. No fue un duro despliegue físico del serbio, sin embargo, el partido ante Chardy sí dio sensación de haberle exigido algo más a Novak.
Federer ante Thiem y Djokovic frente a Cilic en cuartos. El Mutua Madrid Open sigue de partidazo en partidazo.