La rumana Simona Halep, primera favorita, ha resistido a la española Garbiñe Muguruza (6-1 y 6-4), a la que se ha impuesto en semifinales para pujar por el título de Roland Garros y asegurar el número uno del mundo en la publicación del nuevo ránking la próxima semana Halep, finalista en 2017, ganó en una hora y 32 minutos y en la final se medirá a la estadounidense Sloane Stephens, que ha derrotado a su compatriota Madison Keys por un doble 6-4.
Ante un público que respaldó ampliamente a Halep, la tenista española pudo enderezarse de su mal inicio (6-1, abajo), pero con 4-3 a favor cedió su saque y propició la recuperación de su rival.
También tuvo una segunda oportunidad en el largo noveno juego con un 4-4. Desaprovechó tres pelotas de ruptura y dejó el marcador 5-4 para la rumana, quien sigue buscando un primer triunfo en Grand Slam. "Con el apoyo de este público ha sido más fácil. Gracias a todos", manifestó la jugadora rumana, quien gozó de un nítido respaldo de los espectadores de la Philippe Chatrier.
No habrá un doblete español en los cuadros masculino y femenino como los de 1994 y 1998. Muguruza, que venía de arrollar a la exnúmero uno mundial Maria Sharapova en los cuartos, se salió de pista rápidamente, especialmente por culpa de un pobre saque. La campeona de Roland Garros de 2016 y Wimbledon en 2017 inició con mal pie el partido, pues cedió el saque en el primer juego. Se pudo recuperar en el segundo, pero desaprovechó tres bolas de ruptura.
A partir de ahí, renunció a ese primer set. Entregó dos veces más su saque y cometió numerosos errores no forzados (16), frente a los 13 de su oponente, quien se basó en un excelente resto (59 %) y en oportunas subidas a la red (tres con éxito de tres).
En la segunda manga, Muguruza se ajustó. Más golpes ganadores (12) y errores claros de su adversaria (tres dobles faltas) metieron a la española en el partido. Tuvo dos confortables ventajas de 3-1 y 4-2 que no rentabilizó. Y en el interminable 4-4 se le fueron tres quiebres. Con 5-4 a su favor, la primera raqueta mundial no perdonó ante una desmoralizada oponente.