La historia de Pablo Andújar es digna de mencionar una y otra vez y cuando parezca que está siendo olvidada volver a repetirla para que sirva de ejemplo a cualquier deportista, sin importar su edad o contexto. El tenista conquense de 32 años ha pasado por un auténtico infierno en los dos últimos años y por fin en 2018 está volviendo a disfrutar del deporte que ama y dignifica.
La narrativa de los hechos está marcada por la angustia. En el año 2015, Andújar ocupaba el puesto número 32 en el ranking ATP sumando tres títulos: Casablanca (2011-2012) y Gstaad (2014). El 13 de julio de 2015, Pablo se colocó como número 32 del mundo, pero a partir de ahí empezó a bajar hasta quedarse sin ningún ranking. Cayó a plomo en la clasificación. Desapareció del circuito en sólo dos años y todo por las malditas lesiones. El conquense fue operado tres veces de su codo derecho y jugar con dolor se convirtió en una horrible costumbre para él.
Poco a poco y alternando en su recuperación momentos buenos con instantes para olvidar, Pablo Andújar volvió a meter la cabeza en el ranking ATP apareciendo en el puesto 1.764 el 16 de octubre de 2017. De ahí hasta la actualidad, Pablo ha logrado ascender hasta el puesto 154 empezando este año en el 1.824. Un ascenso increíble en sólo dos meses de 1.610 posiciones y un total de 1.670 si contamos su peor clasificación con la que inició el presente año. ¿Cómo lo ha conseguido? Trabajando y ganando el pasado fin de semana su cuarto título como profesional.
La tierra batida de Marrakech le ha dado a Pablo la mayor alegría que recuerda como profesional ya que en muchos momentos pensó que existía la posibilidad de no volver a estar a un nivel importante como para competir por títulos. Incluso se dudó de su regreso a las pistas, pero él siguió luchando. Empezó el torneo marroquí como 355 del mundo y el pasado domingo el tenista español se impuso a Kyle Edmund en la final llevándose el título de ATP 250. Hacía 20 años (Lleyton Hewitt-550) que no se veía a un campeón con un ranking tan bajo.
"Es la recompensa al trabajo en la sombra. Ya nadie se acordaba de mí y yo seguía creyendo a pesar de mis momentos peores y mejores, pero al final la constancia ha hecho que pueda jugar sin dolor y que pueda olvidar lo peor", comentó Pablo después de la final.
Para Andújar, que también ganó hace unos días el Ferrero Challenger Open, lo peor ha pasado y ahora le toca volver a disfrutar del tenis. De momento ya está de vuelta y ha recibido una invitación para el Mutua Madrid Open. Estará en la Caja Mágica de Madrid para seguir sonriendo en las pistas de tenis de todo el mundo.