Roger Federer es a Wimbledon lo que Rafael Nadal a Roland Garros, es decir, el rey del torneo. El suizo ha ganado ocho títulos en la hierba del All England Club, la última vez el año pasado, y Roger quiere ampliar su dominio en el torneo británico ganando su noveno entorchado en 2018. Es el objetivo primario de jugador de Basilea igual que para Nadal ganar su undécimo Roland Garros este año.
¿Cuáles son las diferencias entre el modo de llegar a los objetivos de Roger Federer y el de Rafa Nadal? La más importante es la edad. El suizo tiene 36 años mientras que el español tiene 31 y ese es el motivo principal por el que el suizo no quiere saber nada de la tierra batida este año, como ya hizo el anterior. Él mismo lo reconoció en Miami: "No jugaré ningún torneo en tierra".
Roger entiende que desgastarse en el territorio que domina Nadal es perder físico de cara a la temporada de hierba que arranca justo después de la cita parisina. Por esa razón y tras caer eliminado en la primera ronda de Miami, Federer no volverá a competir de forma oficial hasta junio. Por el camino dejará nuevamente los Masters 1000 de Montecarlo, Madrid y Roma más la cita reina en polvo de ladrillo, Roland Garros.
Hubo dudas sobre la presencia de Federer en París, algo que él mismo reconoció estar valorando hace unas semanas, pero no tomó la decisión final hasta verse fuera de Miami nada más debutar. Ya en la final de Indian Wells que perdió ante Del Potro, Roger dio síntomas de cansancio y el que fuese número 1 del mundo hasta hace dos días no quiere riesgos de camino a Londres.
Nadal, el otro gran motivo de Federer
Rafa Nadal acabó lesionado el Open de Australia y desde entonces no ha vuelto a competir quedándose fuera de las citas de Acapulco, Indian Wells y Miami. El manacorí no ha competido por lesión pese a verse cerca de hacerlo en México, sin embargo, Nadal se retiró sin llegar a jugar porque quiso recuperarse bien de su lesión para iniciar el asalto a la temporada de tierra batida en plenas condiciones físicas. Pese a todo, el español ha vuelto al número 1 con la derrota en Miami de su rival por el trono.
Federer sabe que Rafa ha estado reservándose para imponer su ley en tierra y el suizo no quiere entrar en una batalla por demostrar que puede ganar al español en su superficie preferida. Roger quizá haría un esfuerzo si delante de él no tuviese a Nadal, pero la sombra del diez veces ganador de Roland Garros es muy alargada. Esto mismo sucede al revés. Nadal ve complicado superar a Federer en Wimbledon, pero con cinco años menos se puede permitir el lujo de explotar mucho más su calendario y exigirse aún más que su rival.
Los datos dan la razón a Roger
Federer es el mejor jugador de la historia del tenis y no peca en exceso de ego enzarzándose en una lucha ante Rafa Nadal que puede desgastarle. Casi nadie pone en duda que su estrategia es la adecuada y si alguien lo hace, no parece importarle demasiado al propio jugador de Basilea. Aún así, hay datos que alaban la planificación de Federer sin necesidad de que él explique sus motivos.
El actual número 2 del mundo tras caer en Miami, no jugó ni un sólo partido de tierra batida en 2017, pero sí lo hizo en 2016. Cayó en cuartos de Montecarlo, no pasó de los 1/16 en Roma y no disputó el Mutua Madrid Open. Cero títulos y derrota posterior en Wimbledon ante Raonic en las semifinales.
En 2015, Federer hincó la rodilla en 1/16 de Montecarlo, ganó el ATP 250 de Estambul, se quedó fuera del Mutua Madrid Open en su primer partido en la Caja Mágica, perdió en la final de Roma y sucumbió en cuartos de Roland Garros. Llegó con una carga de trabajo importante a la temporada de hierba, pero logró ganar en Halle y hacer final en Londres.
Viendo que en 2015 y 2016, la estrategia no funcionó, parece razonable que Federer piense que lo mejor es repetir lo hecho en 2017. Bien es cierto que el nivel de Djokovic o Murray ha descendido y eso también provoca que Roger piense en estar lo más descansado posible para asegurarse estar al 100% en la hierba de Wimbledon. Ve muy factible ganar el torneo. El año pasado le salió a la perfección y en 2018 repetirá los pasos seguidos en el pasado.