En lugar de una bola, cada jugador debía elegir una modelo que escondía en una parte de su cuerpo una letra de cada grupo.

Rafa Nadal vivió en París, en el último Másters 1000 que termina de finalizar, una de las situaciones más sorprendentes de su carrera deportiva.

Un vigilante cortó el paso a Nadal que se dirigía a las pistas de entrenamiento en el Masters 1000 de París.

El tenista español pasó relativos apuros ganando en tres sets, pero su rival dejó uno de los mejores golpes de lo que va de año. 

El tenista uruguayo se sacó de la manga un golpe maravilloso para hacer un passing que dejó sin reacción a Rafa. 

Golpe de genio del menudo tenista argentino (1,70 metros) ante el gigante estadounidense John Isner (2,08). La pena para él es que acabaría perdiendo el partido.