El número uno del mundo, el escocés Andy Murray, se ha clasificado para las semifinales del Barcelona Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó, tras derrotar el español Albert Ramos, por 2-6, 6-4 y 7-6 (4), en un durísimo partido que mantuvo a ambos tenistas sobre la pista durante tres horas.
Murray sudó de lo lindo ante el décimo cabeza de serie del torneo para vengar su derrota de hace una semana en los octavos de final de Montecarlo, donde cayó ante el barcelonés también en tres sets. Este sábado se medirá en la penúltima ronda al austriaco Dominic Thiem, cuarto favorito y noveno en el ránking mundial, que en el primer partido de cuartos de final derrotaba al japonés Yuichi Sugita por 6-1 y 6-2.
Y eso que el partido empezó muy bien para Ramos. Inesperado finalista en Montecarlo —perdió la final contra Rafa Nadal—, ya hizo un gran encuentro el jueves contra Roberto Bautista en octavos y en esta ocasión volvió a salir a la central pletórico de confianza. El catalán tuvo una actuación casi perfecta en el primer set, donde le rompió el saque a Murray en el tercero y en el quinto juegos para cerrar la manga por 6-2.
Ramos estaba jugando un tenis sin fisuras, atacando cuando era necesario y defendiéndose cuando Murray sacaba a relucir su agresividad. Pero si el británico es ahora mismo el número del mundo no es por casualidad. El escocés se repuso en el segundo set, empezó a tomar más riesgos y a darle más peso a la bola, pero seguía sufriendo con su saque, con sus dobles faltas —hizo seis durante todo el partido— y con la eficiencia de un incansable Ramos al resto.
El barcelonés tuvo dos bolas para romper de nuevo a Murray en el sexto y 0-40 en el octavo. Un punto más y se hubiera puesto 5-4 y saque para cerrar el partido. Pero las desperdició todas, porque Murray siempre exhibió su mejor versión cuando se vio contra las cuerdas. El británico encima le robó el servicio a su oponente en el décimo juego de la segunda manga para igualar el partido a un set.
Parecía que Ramos acusaría el golpe psicológico de tantas ocasiones perdidas, pero arrancó 2-0 a favor, hasta que con el 2-1 en el marcador se torció un tobillo en un intercambio y tuvo que pedir la asistencia del fisioterapeuta. Murray le devolvió el robo tras la reanudación y el partido se fue hasta el 4-4. Entonces, Ramos volvía a anotarse un break y se daría la opción de sacar para ganar el partido, pero volvió a emerger el talento del número uno para darle la vuelta una vez más al choque y llevarlo al tie-break definitivo. En el desempate, el escocés se puso 4-0 y se dedicó a administrar su ventaja hasta el 7-4 final.