El suizo Roger Federer admitió hoy que nunca se imaginó que pudiera alcanzar la final del Abierto de tenis de Australia y se mostró ilusionado con que su rival del domingo sea el español Rafael Nadal.
"Me siento increíble. Ni en mis mejores sueños me imaginé llegar tan lejos en Australia. Y ahora tengo dos días libres antes de la final, es increíble", dijo Federer en Melbourne tras batir en su semifinal por 7-5, 6-3, 1-6, 4-6 y 6-3 a su compatriota Stan Wawrinka.
Campeón de 17 Grand Slam, Federer disputa en Australia su primer torneo oficial desde julio de 2016. Desde entonces estuvo parado por una lesión de rodilla.
El helvético podría medirse en la final a Nadal, que se enfrentará mañana al búlgaro Grigor Dimitrov en la otra semifinal. Si el español gana, el duelo por el título en Australia recuperará el gran clásico del tenis.
"Enfrentarse a Rafa es el mayor desafío del tenis", dijo Federer, de 35 años, aún en la pista. "Soy el fan número uno de Rafa, es un competidor increíble y en el pasado tuvimos muchas batallas épicas". "Creo que ninguno de los dos pensábamos hace unos meses que podíamos llegar a la final de Australia", agregó el suizo.
Al igual que Federer, Nadal tuvo que poner fin a su temporada 2016 de forma prematura por una lesión y llegó al primer grande del año entre muchos interrogantes. "Hace unos pocos meses estábamos inaugurando la Academia de Rafa en Mallorca y hablamos de jugar un partido caritativo. Estábamos los dos lesionados, yo de la pierna, él de la muñeca. Recuerdo que estábamos jugando con unos júniors y diciendo: '¡Esto es lo más que podemos hacer!'", bromeó Federer, actual número 17 del ranking mundial.
El suizo y el español, que acumulan 31 Grand Slam entre ambos, son protagonistas de una de las rivalidades más importantes de la historia del tenis.Se midieron en 34 ocasiones y ocho de esos duelos fueron en la final de un Grand Slam.
En la retina de los aficionados están las finales de Wimbledon 2008, para muchos el mejor partido de la historia del tenis –Nadal ganó 9-7 en el quinto set–, y Australia 2009. Federer acabó llorando hace ocho años en Melbourne tras perder de nuevo en el quinto set ante un Nadal que domina 23-11 en el cara a cara total y 6-2 en las finales de Grand Slam.