El puño de Rafael Nadal se cerró y sus brazos se abrieron al cielo tras firmar un convincente debut en el Abierto de Australia al vencer al alemán Florian Mayer, 49 del mundo, por 6-3, 6-4 y 6-4.
El noveno favorito, campeón en 2009, alejó los malos recuerdos de su derrota el pasado año ante su compatriota Fernando Verdascoen primera ronda, para superar a Mayer en dos horas y cuatro minutos. Su próximo rival será el chipriota Marcos Baghdatis, que venció al ruso Mijail Youzhny, por 6-3, 3-0 y abandonó por problemas respiratorios.
El fuerte calor cercano a los 35 grados no impidió que Nadal exhibiese un gran estado de forma. Rápido, con su mejor golpe de derecha desde fuera entrando en las líneas, y con un servicio inmaculado, sin ceder un solo punto de rotura, Nadal salió feliz de la Rod Laver Arena.
Nadal cerró además cada set de forma resolutiva, el primero con su segundo saque directo, el segundo después de un buen intercambio y el último con una genial derecha que pilló a Mayer totalmente desplazado. Como al de Manacor le gusta.
El germano había ganado al español en el Masters 1.000 de Shanghai hace seis años, también en pista dura, y es un jugador atípico, con golpes poco usuales en el tenis actual, capaz de desquiciar a cualquiera.
El primer encuentro con Carlos Moyá en la dirección técnica junto con Toni Nadal resultó positivo. Nadal firmó su victoria con 39 golpes ganadores, seis saques directos, con una velocidad máxima de 196 km/hora, y 11 acertadas subidas a la red.
El campeón español disfrutó luego a pie de pista con el comentarista Jim Courier. "Estoy feliz de hacer la entrevista contigo, porque el año pasado no pudo ser", dijo Rafa al recordar su derrota ante Verdasco.
"Me he entrenado mucho más este año que el pasado", añadió el español que señaló que se encontraba feliz en Australia tras jugar antes en Brisbane, donde alcanzó los cuartos de final. "Él no hace el típico juego y hay que tener mucho cuidado con cada uno de sus golpes", dijo sobre Mayer. "El cuerpo está bien, esa es la clave", añadió sobre su estado físico.